Ruta 19 Marzo 2022 . Ermita de San Jorge/ Toboganes.
El Reencuentro
Mágico es el reencuentro con personas que ves en pocas ocasiones, pero que cuando las ves traen hermosos recuerdos.
Llevamos días que son un auténtico lio, la gran actividad que estamos desarrollando por diferentes medios se ve recompensada . A cada quedada acuden nuevos integrantes, nuevas personas a las que conocer y con las que compartir caminos. Tanto es así que intentar poner orden en nuestras redes sociales se convierte en un pequeño dolor que hay que gestionar. Respirar hondo y focalizar viene a ser tarea habitual , nuestro día a día para llegar al éxito.
De esta forma la lista para la ruta crecía a cada momento , llegando a alcanzar el número de once participantes. Como bien veremos un poco más adelante incluso esto llegó a variar, gracias al reencuentro.
El primero en retirarse fue Alfredo , aquejado de un considerable catarro , tuvo a bien mantenerse al margen y cuidar de esta forma al pelotón evitando contagios innecesarios. Con el descabalgó también Fran Martín, pero este supongo que sería más bien por pudor, por no acudir solo. Lo comprendo perfectamente, pero desde estas líneas te diré que puedes venir cuando quieras, que aquí sólo encontrarás buena gente, gente de verdad.
Con estas premisas nuestro número se veía reducido a nueve, pero aquí comenzaron las sopresas. La primera la reaparición de Mariano. Se produce como un hombre integro, sin vuelta de hoja y con una honradez y un buen rollo fuera de toda duda. En segundo lugar el regreso de David, alias Mohicano y al que estimo como mi amigo. Poco puedo decir sobre el por que las palabras se quedarían cortas, pero se me ocurre algo que seguro que David entenderá “Semper Fidelis” , seguimos con la vuelta de Luisete, el gran Luisete, piedra fundamental de este grupo y sin el cual no se puede entender y por último recuperamos también a Javier L , se de buena tinta que lleva unos días muy liado, su madre está ya mayor y anda malita, no está bien. Javier se está esforzando más allá de lo posible incluso para contribuir al buen estado de su madre, pero hay ocasiones en las que es muy necesario tener un punto de escape, algo para poder soltar lastre, para desconectar, así pues se vino con nosotros. Albricias encontraros de nuevo amigos.
En esta ocasión apareció por el lugar una chica, simpática y dispuesta, respondía al nombre de Mónica , vino escoltada por un compañero de trabajo. La primera impresión era la de un tipo grande, uno de esos con los que no te gustaría tener una pelea. Rebosaba poder por cada uno de sus poros y , mientras tanto , una sonrisa no conseguía desaparecer de su cara. Respondía este al nombre de Alejandro.
Al punto de salir apareció Luisete, sus ojos radiaban alegría, la de el reencuentro. Arrancamos al punto, había llegado la hora, incluso con esos cinco minutos que de cortesía esperamos más de la cuenta. Recibí una llamada de David. El Mohicano me decía que dónde estábamos que no nos veía. Hablando con el pude darme cuenta que había equivocado el lugar de quedada . Decidí esperarlo, en este grupo no se deja a nadie solo , mientras José H empezaba con el resto del pelotón. A mi lado , como no, Humberto. No hay oro en el mundo para pagar la abnegación, el servicio y la entereza de este hombre. Ambos estuvimos esperando bajo el compromiso de alcanzar al resto tan pronto como fuera posible.
Al tiempo vimos llegar a David y , tras los necesarios saludos, arrancamos nosotros. El día se mostraba amable, andábamos conveniendo esto con Humberto que, si no fuera por lo nublado, sería un día perfecto. El viento no castigaba, no llovía y la temperatura empezaba a ser amable, preludio de una incipiente primavera que, tarde o temprano regresará. Los pájaros dejaban oír sus cantos en la lejanía , la vida se abría paso de nuevo. David rodaba presto, tal vez demasiado pensando que hacía mucho tiempo que no cogía la bici. Un cielo pesado como el plomo reinaba sobre nuestras cabezas acechante, con una velada amenaza de lluvia que no llegó a producirse. Enseguida llegamos al Burgo, los tres mosqueteros rodando en solitario, intentando alcanzar al resto que , para desesperanza nuestra , era un echo que no se acababa de producir, ya que incluso no llegábamos a ver a nuestros compañeros ni en el horizonte.
Me llamó Javier L , que acudía al encuentro, que se había dormido y que empezaba el track al contrario de nuestra dirección , así se aseguraba que en un punto o en otro coincidiríamos. De todas formas que si llegábamos a la ermita, dijo el , nos esperaría abajo ( yo creo que con el secreto anhelo de no subir). Cuando alcanzamos el cementerio del Burgo , en un instante , decidí llamar a José , preguntarle por donde iban y , albricias, estaban allí mismo. Incluso se había detenido para atender mi llamada antes de coronar la cima. Sin mediar muchas palabras más iniciamos ascenso para el ansiado reencuentro.
Arriba del todo y formando ya un pelotón de esos que asustan, tras la ronda de saludos y presentaciones entre unos y otros, nos hicimos las fotos como mandan los cánones. Mónica se maravillaba de la altura ganada y de las hermosas vistas que desde ahí se apreciaban. Alejandro junto con Luisete y Javier E nos comunicaron que se volverían un poquito antes ya que, siendo como era el día del padre, tenían algún compromiso. Siempre he dicho que primero es lo primero. Un aire limpio de humos acudía a nuestros pulmones, cargado de humedad y de aromas . La perspectiva atmosférica era apreciable en toda su magnitud viendo como, al fondo, los colores se fundían en un gris anodino y neutro , perdiendo valor conforme las distancias aumentaban. Bajamos de la ermita, los tres nombrados iniciaron regreso y el resto marcharon de forma compacta vigilando que la hora empezaba a apretar.
Es cierto, nos saltamos los toboganes. Se queda como tarea pendiente por que el tiempo como digo, en ocasiones manda y por que tuve que aguantar el cachondeo de José H en el bar por que sabe que a mi me gusta esa zona y a el no. Lo repetiremos, tiempo al tiempo. Volvíamos ágiles, nuestras piernas pistoneaban incesantes de manera resuelta. Mónica hacía alarde de lo bien que se lo estaba pasando y de lo que estaba gozando de esta ruta. Nos saltamos los toboganes, pero a cambio, poco antes de finalizar, nos hicimos las mínimas sendas en la zona de Valdegurriana, sólo por salir de la rutina.
Ya en el bar un buen tiempo de asueto, bien merecido, bien ganado , entre amigos y con el cachondeo a flor de piel. Unas buenas papas bravas , unas jarras antes de recogernos a casa y el compromiso de volvernos a ver la semana que viene. Siempre es magnífico el reencuentro, sobre todo con amigos de verdad.
Post Scriptum. David, sabes lo que te aprecio, sólo puedo darte las gracias por venir y emplazarte a que esta no sea la última vez , a que no pase tanto tiempo. Luisete, poco más o menos lo mismo, sabes la importancia que tienes, no es necesario que te diga mucho más. Alfredo, recup
érate pronto de ese catarro, tu sitio está en el pelotón. Francisco ,que me mandaste un privado, no te preocupes , lo primero es tu trabajo y habrá días para que vuelvas a dar pedales, de todas formas gracias por tu atención. Richi , un poquito más de lo mismo, espero que disfrutaras de tu cena y ya sabes que aquí estamos para cuando quieras. Vicente , que te estamos esperando, a ti y a tu chica y a tantos amigos que faltan y que se que volverán , muchas gracias por seguir ahí.
Gracias mil por tu tiempo , querido lector.
V.