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Valetix escribió:Ruta 21/11/2020 Sendas de Valdegurriana.
Siempre .
Ya la ropa de abrigo se hacía necesaria. El clima ha ido cambiando poco a poco, de forma imperceptible pero constante, hasta llegar aquí. Durante la semana las mañanas de niebla habían sido un hábito, pero con un matiz. El refrán dice que “mañanas de niebla, tardes de paseo” y este es el punto en el que se marcó la diferencia. No hizo tarde para pasear en ningún momento. Incluso los más de los días ni llegamos a ver el sol.
José H nos preparó una ruta corta y amable, llana y rodadora en la mayoría de su trazado y nos convocó a quedar en el Azud del Ebro a las ocho y media de la mañana.
Allí , como viene siendo habitual en este grupo, una plétora de ciclistas hasta el punto de rozar la cifra de veinte. Mientras el cielo sobre nuestras cabezas seguía mostrando un techo oscuro, de tonalidad metálica, que no infundía nada más allá de un sentimiento anodino y vacuo. Al punto se distribuyeron los grupos, tres para más señas. Tres pelotones para mantener nuestro invisible enemigo a raya, para no cejar el empeño y seguir luchando contra el , para seguir venciendo. Tres fueron los grupos que partirían en distinto tiempo, pero con un mismo destino. Para estar separados físicamente, pero no en nuestros corazones, para mantener distancias, pero encontrarnos sabiéndonos protegidos. Para que, aunque no nos veamos , saber que estás ahí, siempre .
Grandes ausencias y grandes presencias. Como en una alegoría de la vida la bicicleta te enseña que pese a todo el camino sigue, que no hay que parar , que no se puede parar. Arrancamos según nuestro orden, con gran disciplina. Siguiendo la trazada del río Gállego, por unas sendas que lo bordean, que dibujan su contorno. Los rastrojos se mostraban congelados, pálidos bajo una fina capa de escarcha. El suelo nos devolvía un sonido sordo, silenciado como sonaría bajo una almohada, haciéndonos saber que la noche había sido dura, que todo había sucumbido bajo el peso del hielo. Las gentes con las que nos íbamos cruzando eran apenas un bulto , enterrados bajo una montaña de prendas de abrigo, gorros y guantes.
Tengo que decir que me gustó aquel tramo. Si bien lo melancólico del ambiente invitaba tan sólo a volver a casa, al refugio , con tal vez una taza de chocolate caliente en la mano, pero su hermosura era inherente. A la par cruel y bello, gris, frío , silencioso y muerto pero solemne e inamovible. Volvimos después de cruzar el puente. Si, el puente.
Ignoro la razón, tal vez sea que en mi fuero interno aquella construcción no me inspira la suficiente confianza. Tal vez sea incluso que realmente no es lo suficiente estable, con sus estrechas tablas de madera y sirgas . Ese puente para mi es un obstáculo, algo que tendré que afrontar y superar como sea. Me dio un vértigo, un vahído y precisé ayuda para cruzarlo. Pero ahí están otra vez mis compañeros , con los que puedo contar.... siempre.
Regresamos por la otra orilla del río, atacando así mismo un buen número de sendas y caminos. Pasamos por la chopera que ya no es, que desapareció bajo el peso de maquinaria inventada por el hombre. Unos monstruos que devoraron toda aquella vida tan sólo en un tris, en lo que cuesta un parpadeo, dejando un terreno yermo , asolado y que su sola visión provoca tristeza y vacío.
Rebasamos la Cartuja, la temperatura seguía sin subir un grado. El frío iba calando , atravesando nuestros cuerpos , helando por dentro. De esta forma llegamos al siguiente hito. Las sendas de Valdegurriana. Pude ver , en la misma entrada de la zona, a mis amigos del siguiente grupo, a una veintena de metros delante de nosotros. Atacaban la subida sin miedo, con decisión, pasando entre los pinos. De esa forma dimos comienzo nosotros también a aquel tramo. Miguelón junto con Toño, al que es una maravilla reencontrar después de tanto tiempo, quedaron un momento rezagados, disponiendo y planeando su ascenso. Los restantes subíamos cuando nos cruzamos con Susan que volvía sobre sus pasos acompañado de José Manuel alias “el pirata” . Que gran corazón, que entrega y que concepto de grupo el de Susan, abnegado el , volviendo con un compañero para que no se quede solo en ninguna condición. Vi a Alfredo con serias dudas sobre si seguir o regresar, me anticipé y me ofrecí a bajar con el y con los demás. De esta forma acudiríamos al bar a guardar el sitio y esperar al resto del grupo.
No se como ocurrió, yo esperaba hallar abajo a Miguelón y Toño, pensando que volverían con nosotros, pero no, por lo que se ve subieron , coronaron y realizaron las sendas. Lo que no llego a entender es en qué momento nos cruzamos por que no nos vimos. Fuimos por el canal, hasta el bar que sería nuestro refugio en esta ocasión, el que se halla en las proximidades del cuartel de la policía local de Zaragoza. Un espacio entre altos árboles, con las mesas separadas, al que fueron acudiendo nuestros amigos, cada uno en su grupo y donde hacía un frío de mil demonios.
Este fue a grandes rasgos nuestro día, una jornada más de pedales, de salir al campo, de hacer deporte y....
… de lo más importante. Estar con tus amigos.
Así se nos ofrecen las cosas, en estos extraños tiempos que estamos viviendo. Donde todas las costumbres que teníamos han desaparecido para dar lugar a una “nueva normalidad” que puede presumir de cualquier cosa menos de normal. De la misma forma se acerca la Navidad, ya se pueden ver los comercios engalanados, con sus muñecos de nieve y sus guirnaldas dibujadas en los escaparates. Son tiempos difíciles, al menos para mi, son difíciles sobre manera. No puedo evitar pensar en mis padres, hermanos, familia política y a las que , de seguir todo así , no podremos ver estas fiestas y mi corazón se llena de tristeza. Recordar a aquellos que ya no están con nosotros, pensando que si les contáramos lo que estamos viviendo pensarían que estamos locos o que nos hemos visto una mala película de serie B.
Esto es lo que nos toca vivir, repito , no es fácil, para nadie. Sólo puedo pensar en una cosa, que todavía nos queda, nuestra bicicleta, el campo abierto y amigos que están ahí...
…. Siempre.
Muchas gracias.
V.
Jose H escribió:Actividad organizada por BttZaragoza C.C.
Muy buena crónica Vale, como siempre, recogiendo hechos y sentimientos puntuales y lo que es mas difícil, saberlos plasmar en sobre una superficia fría que espera que tú les des calor con tus palabras.
Leyendo, leyendo vuelves a recordar con nitidez los pormenores de la ruta, esta vez con un toque emotivo personal que lo hacemos nuestro, porque las fechas y las condiciones de vida así nos lo exigen.
Nuestro agradecimiento.
Afredo Marco
Propuesta de ruta <21/11/2020:
Zaragoza-Rio Gallego-San Juan de Mozarrifar-La Cartuja-Valdegurriana- Zaragoza.
Hora y lugar de quedada
8.30 Azud del Ebro
https://goo.gl/maps/PTvYt5DLd6r7UXfP9
Dificultad Media/Alta , Duración 5 horas.
Mas información sobre la ruta en el track:
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-b ... 0-60826456
Quien quiera venir ya se sabe, que se apunte y a pedalear que nadie se quedará solo.
Es obligatorio llevar mascarilla.
Los grupos seguirán siendo de máximo 6 personas.
Siempre respetando las medidas de seguridad e higiene sanitaria.
AlfredoMS escribió:Valetix escribió:Ruta 21/11/2020 Sendas de Valdegurriana.
Siempre .
Ya la ropa de abrigo se hacía necesaria. El clima ha ido cambiando poco a poco, de forma imperceptible pero constante, hasta llegar aquí. Durante la semana las mañanas de niebla habían sido un hábito, pero con un matiz. El refrán dice que “mañanas de niebla, tardes de paseo” y este es el punto en el que se marcó la diferencia. No hizo tarde para pasear en ningún momento. Incluso los más de los días ni llegamos a ver el sol.
José H nos preparó una ruta corta y amable, llana y rodadora en la mayoría de su trazado y nos convocó a quedar en el Azud del Ebro a las ocho y media de la mañana.
Allí , como viene siendo habitual en este grupo, una plétora de ciclistas hasta el punto de rozar la cifra de veinte. Mientras el cielo sobre nuestras cabezas seguía mostrando un techo oscuro, de tonalidad metálica, que no infundía nada más allá de un sentimiento anodino y vacuo. Al punto se distribuyeron los grupos, tres para más señas. Tres pelotones para mantener nuestro invisible enemigo a raya, para no cejar el empeño y seguir luchando contra el , para seguir venciendo. Tres fueron los grupos que partirían en distinto tiempo, pero con un mismo destino. Para estar separados físicamente, pero no en nuestros corazones, para mantener distancias, pero encontrarnos sabiéndonos protegidos. Para que, aunque no nos veamos , saber que estás ahí, siempre .
Grandes ausencias y grandes presencias. Como en una alegoría de la vida la bicicleta te enseña que pese a todo el camino sigue, que no hay que parar , que no se puede parar. Arrancamos según nuestro orden, con gran disciplina. Siguiendo la trazada del río Gállego, por unas sendas que lo bordean, que dibujan su contorno. Los rastrojos se mostraban congelados, pálidos bajo una fina capa de escarcha. El suelo nos devolvía un sonido sordo, silenciado como sonaría bajo una almohada, haciéndonos saber que la noche había sido dura, que todo había sucumbido bajo el peso del hielo. Las gentes con las que nos íbamos cruzando eran apenas un bulto , enterrados bajo una montaña de prendas de abrigo, gorros y guantes.
Tengo que decir que me gustó aquel tramo. Si bien lo melancólico del ambiente invitaba tan sólo a volver a casa, al refugio , con tal vez una taza de chocolate caliente en la mano, pero su hermosura era inherente. A la par cruel y bello, gris, frío , silencioso y muerto pero solemne e inamovible. Volvimos después de cruzar el puente. Si, el puente.
Ignoro la razón, tal vez sea que en mi fuero interno aquella construcción no me inspira la suficiente confianza. Tal vez sea incluso que realmente no es lo suficiente estable, con sus estrechas tablas de madera y sirgas . Ese puente para mi es un obstáculo, algo que tendré que afrontar y superar como sea. Me dio un vértigo, un vahído y precisé ayuda para cruzarlo. Pero ahí están otra vez mis compañeros , con los que puedo contar.... siempre.
Regresamos por la otra orilla del río, atacando así mismo un buen número de sendas y caminos. Pasamos por la chopera que ya no es, que desapareció bajo el peso de maquinaria inventada por el hombre. Unos monstruos que devoraron toda aquella vida tan sólo en un tris, en lo que cuesta un parpadeo, dejando un terreno yermo , asolado y que su sola visión provoca tristeza y vacío.
Rebasamos la Cartuja, la temperatura seguía sin subir un grado. El frío iba calando , atravesando nuestros cuerpos , helando por dentro. De esta forma llegamos al siguiente hito. Las sendas de Valdegurriana. Pude ver , en la misma entrada de la zona, a mis amigos del siguiente grupo, a una veintena de metros delante de nosotros. Atacaban la subida sin miedo, con decisión, pasando entre los pinos. De esa forma dimos comienzo nosotros también a aquel tramo. Miguelón junto con Toño, al que es una maravilla reencontrar después de tanto tiempo, quedaron un momento rezagados, disponiendo y planeando su ascenso. Los restantes subíamos cuando nos cruzamos con Susan que volvía sobre sus pasos acompañado de José Manuel alias “el pirata” . Que gran corazón, que entrega y que concepto de grupo el de Susan, abnegado el , volviendo con un compañero para que no se quede solo en ninguna condición. Vi a Alfredo con serias dudas sobre si seguir o regresar, me anticipé y me ofrecí a bajar con el y con los demás. De esta forma acudiríamos al bar a guardar el sitio y esperar al resto del grupo.
No se como ocurrió, yo esperaba hallar abajo a Miguelón y Toño, pensando que volverían con nosotros, pero no, por lo que se ve subieron , coronaron y realizaron las sendas. Lo que no llego a entender es en qué momento nos cruzamos por que no nos vimos. Fuimos por el canal, hasta el bar que sería nuestro refugio en esta ocasión, el que se halla en las proximidades del cuartel de la policía local de Zaragoza. Un espacio entre altos árboles, con las mesas separadas, al que fueron acudiendo nuestros amigos, cada uno en su grupo y donde hacía un frío de mil demonios.
Este fue a grandes rasgos nuestro día, una jornada más de pedales, de salir al campo, de hacer deporte y....
… de lo más importante. Estar con tus amigos.
Así se nos ofrecen las cosas, en estos extraños tiempos que estamos viviendo. Donde todas las costumbres que teníamos han desaparecido para dar lugar a una “nueva normalidad” que puede presumir de cualquier cosa menos de normal. De la misma forma se acerca la Navidad, ya se pueden ver los comercios engalanados, con sus muñecos de nieve y sus guirnaldas dibujadas en los escaparates. Son tiempos difíciles, al menos para mi, son difíciles sobre manera. No puedo evitar pensar en mis padres, hermanos, familia política y a las que , de seguir todo así , no podremos ver estas fiestas y mi corazón se llena de tristeza. Recordar a aquellos que ya no están con nosotros, pensando que si les contáramos lo que estamos viviendo pensarían que estamos locos o que nos hemos visto una mala película de serie B.
Esto es lo que nos toca vivir, repito , no es fácil, para nadie. Sólo puedo pensar en una cosa, que todavía nos queda, nuestra bicicleta, el campo abierto y amigos que están ahí...
…. Siempre.
Muchas gracias.
V.Jose H escribió:Actividad organizada por BttZaragoza C.C.
Propuesta de ruta <21/11/2020:
Zaragoza-Rio Gallego-San Juan de Mozarrifar-La Cartuja-Valdegurriana- Zaragoza.
Hora y lugar de quedada
8.30 Azud del Ebro
https://goo.gl/maps/PTvYt5DLd6r7UXfP9
Dificultad Media/Alta , Duración 5 horas.
Mas información sobre la ruta en el track:
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-b ... 0-60826456
Quien quiera venir ya se sabe, que se apunte y a pedalear que nadie se quedará solo.
[size=200]Es obligatorio llevar mascarilla.
Los grupos seguirán siendo de máximo 6 personas.
Siempre respetando las medidas de seguridad e higiene sanitaria.
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