Buen madrugon, pero merecio la pena, un poco de incertidumbre de empezar o no la ruta cuando empezó a llover, pero mientras tomamos los cafés, ponemos y quitamos chubasqueros, empezamos a rodar sin lluvia pero a oscuras y esquivando los charcos, siguiendo la silueta de leo que con su potente foco abría camino hasta el brocal.
A partir de ahi alguno disfrutando como los chiquillos pillando los charcos por el medio, aprovechando para limpiar la bici que ya traia cargada de barro.
Muy buena compañia y muy buena ruta, nada de aburrida, esta tenia que estar en el ca lendario de rutas clasicas del grupo.