SABADO 11/05/2019
LAS TRES ERMITAS.
Al final ha quedado con el sobrenombre de “la ruta maldita” una vez más no la pudimos acabar, pero no estoy del todo seguro que maldita sea su nombre, al fin y al cabo no somos dueños ni de los elementos ni de los echos desafortunados, como suele decirse Dios propone y el hombre dispone.
Hoy mandaba Pascual, ya la semana pasada propuso esta ruta y fue bien recibida . Decir que era otra de esas “matapersonas”, una marcha dura, con desnivel y kilómetros así mismo amenizada por el Cierzo pero haciendo el planteamiento adecuado, pasito a pasito, no hay nada imposible. En el lugar de la cita ocho titanes, bueno, siete titanes y yo. Pascual organizando todo desde su magnífica experiencia, José H esta vez como un compañero más, David “el mohi” valiente y aguerrido, Paco Ines magnífico el, Javier S como he dicho en otras ocasiones discreto pero poderoso y con una bicicleta que no para de emitir sonidos y beeps, Alberto G alto y más que preparado, Arturo y su música de acompañamiento y yo. Habíamos quedado a las ocho menos cuarto, muy temprano, yo pensé que debido a la distancia de la ruta mis compañeros pretendían esta vez no quedarse sin cerveza y, para eso, la única solución era quedar un poquito antes.
Arrancamos pues con el viento ,que este mes anda tocando un poquito las narices, en ocasiones a favor en ocasiones un poquito de lado, dependiendo de nuestra orientación, hacia un terreno que se nos presentaba propicio. Bien es cierto que hay que subir y no poco, pero el suelo se encontraba en buenas condiciones y los metros se nos iban dando casi regalados. De esta forma nos presentamos en un tris en las inmediaciones de Peñaflor, como Pascual cita tan acertadamente en su ficha. Pasamos por una zona en la que estuvimos hace no demasiado , pero en esa ocasión acompañados por José Luis y alguno de sus Finishers . Nos hicimos unas fotos a los pies de esa torre de vigilancia que a mi no me inspira ninguna confianza. Me parece débil , enclenque su construcción, casi como el esqueleto de un pescado erguido de forma vertical en medio de aquellos montes. Un ratito de cachondeo como no puede ser de otra forma y, tras reponer fuerzas y alguna foto, en marcha de nuevo que nos quedan muchos kilómetros.
Encaminamos hacia Nuestra Señora de Magallón, es una ermita con hospedería que me gusta, el lugar desprende un cierto magnetismo, algo de regio abolengo que le proporciona su antigua edificación, un olor y un ambiente que solo tienen las casas viejas. Nos acercábamos pues y en las proximidades anduvimos debatiendo, decidiendo más bien, si atacábamos la subida por la carretera, por el camino o por la senda. Como el nivel de masoquismo de estos geniales locos no conoce fin, lo hicimos por la senda. A mi me produjo cierta preocupación, el desnivel es grande, cuando miras desde abajo y ves el edificio allí, arriba del monte y una vocecita malévola dice en tu interior: “pero donde vas desgraciado, ¿de verdad piensas que vas a subir eso?” . Acallé aquel pepito grillo en mi conciencia y , de forma decidida, a subir, pedalada, tras pedalada, empujón tras empujón. Mis compañeros imagino que se debatirían con sus propios demonios, pero ahí reside la magnificencia, no en afrontar algo que sabes que puedes superar, sino en hacerlo en algo que no sabes si superarás. Eso y no otra cosa es ser valiente. Los valientes también tienen miedo, pero se lo aguantan.
De forma personal te diré, estimado lector, que se puede hacer, se puede subir, bien es cierto que me tocó poner pie en tierra ya que, debido a mi falta de técnica en las subidas o bien a que todavía tengo que ponerme un poco más fuerte, hubo un punto en el que la bici quería hacer caballito. Vino a mi mente la imagen de Horacio dándose la gran espaldada y se me apretaron los glúteos, mis piernas dejaron de obedecer y, como dije, un tramito andando. No obstante repito, se puede hacer, los demás guardaban un respetuoso silencio, cada uno en sus monturas afrontando aquellas rampas tremendas, pero bueno, uno tras otro hicimos cima. Arriba el viento endiablado, como en pocas ocasiones, ya sabes lo molesto que esto me resulta y como ataca a mi voluntad y a mi estado de ánimo. Mostramos de nuevo el lugar a los que allí acudían por primera vez y, tras otro breve reposo, a continuar el track. En este punto Pascual se dió cuenta que había perdído su mochila, había olvidado sus bártulos a los pies de la torre de vigilancia donde paráramos un momento. Se ofreció voluntariosamente a volver en solitario, facilitando que los demás continuáramos con los planes establecidos pero no, aquí somos como los mosqueteros, se prima la amistad , la fidelidad, la compañía , a la ruta que se pueda hacer en cada ocasión, al fin y al cabo rutas habrá más y se puede repetir. Por lo tanto, como una sola voz, como una sola mente, decidimos volver todos juntos a por el bagaje del citado Pascual.
La vuelta horrible, lo que antes el viento nos proporcionó ahora nos lo quitó. Luchando de nuevo contra las cuestas y contra aquel demencial aire que no cesaba, zumbando en los oídos, imposibilitando escuchar a los demás y empujando nuestros rostros y cuerpos. Ya en las cercanías , Arturo, que hay que recordar que esta fuerte de verdad, dió un pretón y llegó el primero a por los bultos de marras y allí nos esperó con ellos. Respiro de alivio al recuperarlos y fin de la misión. Des de ese lugar, sufriendo y peleando contar aquel ciclón , volvimos a capital, los kilómetros salieron parecidos a si hubiéramos realizado el track completo , pero bueno, esto no es lo importante, es disfrutar de una mañana de ejercicio y de aventuras con grandes amigos como los que aquí se encuentran. Dimos con nuestros huesos en el bar la barca, como nos descuidemos un poco nos darán la tarjeta de cliente distinguido, nos tomamos unas pintas, los menos, la hora ya marcaba , y tras eso, ronda de chistes, planes y alguna cosita más, nos fuimos para casa con los deberes bien echos, con las piernas molidas y con una sonrisa de satisfacción en la cara. Como dije , masoquismo puro y duro.
“Despierta, ya es hora, levántate, pon los pies en el suelo porque tenemos trabajo que hacer. Hoy tienes que luchar con todas tus fuerzas porque irás río arriba, hoy has decidido dar la espalda a eso que muchos llaman sentido común. En tu interior muchas voces gritarán para que dejes esto, para que lo olvides y desistas. Este es el momento para luchar contra un oponente que conoces bien, porque ese oponente eres tu. Vence esa batalla en tu mente, en tu cuerpo y al diablo sobre tus hombros diciendo que esto sólo es un juego, quémalo y recuerda por lo que estás luchando. La pregunta seguirá siendo ¿es todo lo que tienes? ¿estás seguro? Y cuando la respuesta sea si, entonces es el momento de salir y enfrentarte a tu enemigo interior, Cree en esa voz que te dice que puedes escalar un poco más rápido, llegar más lejos y que las leyes de la física sólo son una sugerencia. Ahora sólo depende de ti, bienvenido a la etapa final, bienvenido a la culminación de tu esfuerzo. ASCIENDE.”
Fragmento de Alex Hernandez, ser ciclista parte 4. Gracias de nuevo.
V,