Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Para organizarnos en nuestras salidas.
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Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor Pascual » Jue Mar 17, 2022 1:58 pm

Actividad organizada por BttZaragozaC.C.
Esta semana nos acercaremos al parque de Muel.
Nivel técnico: fácil. Nivel físico moderado. Son 52 kms y 300 metros de desnivel y unas 3:30 horas de duración con paradas.
El track:
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-b ... a-94807588

Lugar de quedada: Fuente de los incredulos ( Casablanca al lado del canal) Hora: 9
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor mamolar » Jue Mar 17, 2022 2:03 pm

2=MAMOLAR
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor ferrer » Sab Mar 19, 2022 1:32 am

Lugar de quedada: Fuente de los incredulos ( Casablanca al lado del canal) Hora: 9
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor Pascual » Dom Mar 20, 2022 11:51 am

Este sábado nos vamos al parque de Muel. La quedada en la fuente de los Incrédulos, mandada a construir por don Ramón de Pignatelli en 1786, para convencimiento de incrédulos y descanso de viajeros. Año 1786.
Con una mañana agradable, 9 btteros, incluido Rafa con su gravel, iniciamos la ruta.
El track, (mío) tiene 52 kms, pero... por la distancia total se acerca a los 70 kms y el desnivel 300 metros, pero... con varios tramos rompepiernas.
Salimos y por carril bici, vamos a coger el track en la rotonda de la carretera de Valencia, seguimos por el CR-11, hasta la rotonda de Cadrete, la atravesamos y por camino paralelo al Huerva llegamos a María. Continuamos por el camino de las vías a Mozota y a Muel entrando por la N-330.
Vamos al parque, recuperación, fotos de rigor y TikTok :lol: , y visita a la ermita de la Virgen de la Fuente que está abierta y que nos permite admirar unos frescos de Goya representando a los Padres de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo.
Después de la visita cultural, iniciamos la vuelta por una cuesta, que al descender nos deja en el camino de Mozota a Botorrita, continuamos por María, Cadrete y Cuarte y terminamos la ruta en la taberna, bar La Esquinica, con la correspondiente hidratación y las patatas de rigor :D .
Fotos y videos de Rafa, Miguelón, Javi y mías.
https://www.facebook.com/groups/1199322623852514
Saludos para todos y hasta la próxima.
Pascual
 
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor Fernando » Mar Mar 22, 2022 6:10 pm

FOTOS ... FOTOS ... FOTOS

Foto de Grupo
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En la quedada: Fuente de Los Incrédulos
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En el Parque de Muel
parque.png


Ensayando el Tik Tok
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Y como no, en el bar: bici sin cerveza no me entra en la cabeza !!!
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor Fernando » Mar Mar 22, 2022 6:40 pm

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Preparando el Tik Tok:



Y el resultado ... Dale caña !!!



Y si quieres más:

https://www.instagram.com/alazanes.bttzaragoza/
https://www.tiktok.com/@alazanesbttzaragoza?lang=es
https://www.youtube.com/channel/UCuXWtnfQuZWtO7dRXK6Wjyg
https://www.facebook.com/groups/1199322623852514

Continuará ... ... ... :idea: :arrow:

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Con mucho, con poco
con nada, con todo
pero hazte un favor y sé feliz"
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Re: Sábado 19/3/2022 ALAZANES BttZaragoza

Notapor Fernando » Mié Mar 23, 2022 9:24 am

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“Veo la cera y veo el barro, al fuego,
ésta ablandarse, aquél endurecerse,
que uno se rinde y otro se resiste”

(Lope de Vega)

Hubo un tiempo donde tal vez el barro se sublevó, donde sus demoniacos tentáculos dificultaron el transitar por los caminos, donde la arcilla en infame alianza con la lluvia se jactó de disfrutar con el padecimiento de carros, caballerizas y viandantes incapaces de vagar libremente y donde por causas insólitas pero cargadas de odio, ira y rencor juró venganza contra esos seres concebidos con sus propios lodos según las mitologías más ancestrales.

Mitología como la griega donde Prometeo creó a los hombres moldeándolos con barro a imagen de los Dioses porque según él faltaba un ser que fuera capaz de albergar dignamente el espíritu y que, mientras el resto de animales miraban inclinados a la tierra, a ellos les otorgó un rostro alzado y les ordenó que miraran al cielo y a las estrellas.
O como la Diosa china Nüwa que sintiéndose sola comenzó a crear animales y seres humanos valiéndose para estos últimos de arcilla del río Hwang-ho (río Madre) y agua de lluvia, dotándolos con piernas para que pudieran caminar erguidos y buscándoles en hermosura un parecido a ella misma.

Pero el barro no respeta ni perdona y aún siendo fruto de su propio ser, bien por despecho, bien por malicia innata o simplemente por locura, su cólera se cebó sobre los descendientes de los primeros hombres, los llamados homus (“tierra fértil”). En ciertas lides resultó vencedor alardeando de ello por doquier y de forma grotesca, engreída e insultante. Pero no todas las batallas cayeron de su lado, no siempre fue así, porque doblegar el arrojo, ímpetu y tesón de los Caballeros de la honorable Orden de los Alazanes no era cometido sencillo y asequible.

Así lo cantaron juglares y trovadores y fluyó de boca en boca y de padres a hijos esta historia. Y he aquí algunas pinceladas y retales de ella:

19 de Febrero del Año de los Lodos:

Amanecía y el cielo amenazante teñía de colores grisáceos tanto el horizonte como el destino de quien no se dejó amedrentar y estuvo dispuesto a cabalgar una vez más. La lluvia caída durante la noche y esos dardos líquidos que aún lanzaban las nubes mermaron la voluntad de algunos de nuestros héroes quienes, quizás con el criterio más cuerdo y sensato, optaron por mantener sus modelados corpachones en el calor del lecho emitiendo estruendosos, acompasados y molestos resoplidos. Pero otros, menos juiciosos y prudentes, no dudaron en plantar cara a la adversidad, se ataviaron con sus clásicos atuendos y decidieron cabalgar como estaba previsto hacia Perdiguera por el vedado de Peñaflor.

En avanzadilla partieron Sir Daniele, el Caballero de la eterna juventud, el inagotable y humeante explorador Javier Moskitt y el soriano sin frío Louis O´Gimen. Tiempo tuvo el hidalgo Fernán, mientras esperaba a Carlo el Campeador de la túnica negra, de cruzar unas palabras con Maese Paskal, quien había acudido al lugar de la quedada con su flamante carruaje a disculparse por no salir con sus fieles jinetes. Gesto que le honraba y mostraba una vez más el talante, dignidad y nobleza de este veterano gran guerrero.

Picando espuelas y fustigando con dureza a sus corceles no tardaron en alcanzar a los que trotaban en vanguardia para, una vez reagrupados, tomar aliento y relajar músculos. Las nubes esbozaron una burlona sonrisa antes de abrir sus fauces y descargar todo el mal que poseían dentro pero ellos, con su legendaria gallardía, hicieron frente a tal ofensa con las armas de la indiferencia y del buen humor. Más no tardó mucho en que otro implacable enemigo les borrara la sonrisa del rostro. Poco a poco de las entrañas de la tierra se fue formando el tan temido lodazal arcilloso quien, sin piedad alguna y con cruel alevosía, los esperó agazapado en la ascensión a la cota más alta de la ruta para trabar herraduras, pezuñas y patas de los fatigados caballos hasta el punto de paralizarlos e inmovilizarlos haciendo imposible la continuidad de la cabalgada. Les llevó más tiempo del deseado limpiar, adecentar y liberar a los malogrados corceles del repulsivo y mugriento adversario que esta vez sí había ganado la batalla.

Resolvieron retornar a la villa, sin pesarles en exceso la decisión, puesto que carecía de sentido y lógica bregar contra lo imposible. Les quedaría la espinita clavada de no haber completado el trayecto pero tampoco era momento de flagelarse por ello. Tiempo habría. Al igual que tras la noche llega el día, que tras la oscuridad aparece la luz y que tras la tormenta viene la calma, tras el comprensible disgusto los envolvió una aureola de dicha y placer cuando se deleitaron con unos platos colmados de suculentas viandas de, por supuesto, rica y saludable dieta mediterránea, que sin demora engulleron para paliar cuanto antes la pesadumbre anterior.
Y hubo más, puesto que a punto de despedirse y dividir los caminos hacia las correspondientes chozas de cada uno, alguien lanzó la incitadora frase en tono provocativo de: a que no hay huev... de parar en la taberna de la Barca a tomar una cerveza?? Creo que no es necesario relatar como acabó tal desafío.

A fin de cuentas y dándole la vuelta a la tortilla quizás no resultó tan aciago y funesto el perder la contienda contra el barro y la lluvia. Para nada.

26 de febrero del Año de los Lodos:

Por fortuna la lluvia les dio una tregua y por tanto la maléfica arcilla quedo huérfana de su inestimable y valiosa alianza por lo que, muy a su pesar, en esta ocasión tuvo que soportar estoicamente que los diecisiete Caballeros Alazanes que habían iniciado la correría la pisotearan sin contemplaciones desde el Parque del zigzag, a su paso por el cementerio del Burgo de Ebro, en la escalada a la Ermita de San Jorge y así hasta la Presa de Pina y el consiguiente camino de vuelta.

No siempre en el sorteo de la moneda ha de dar cruz, de cuando en cuando salía cara para gozo de nuestros héroes y eso se palpaba en los risueños rostros y en el ambiente festivo, incluso cuando tuvieron que acometer las rampas de extrema dureza que los elevaría hasta los blanquecinos muros de la ermita.
No hubo mejor forma de celebrar la victoria sobre el lodazal reseco, e incapaz de plantar cara al constante martilleo que sufrió por las herraduras de los corceles cuando estos galopaban sobre él, que con una de esas danzas tan populares y afamadas que sin preparación ni ensayos previos solían practicar para agradecer al Dios cristiano, a los Dioses paganos y al destino para los menos creyentes en deidades, la buena ventura que les empapaba de salud y felicidad.

La bonanza del clima y la tranquilidad del trayecto dieron pie a tertulias y chácharas variopintas aunque el tema estrella fue el inicio de una nueva guerra no muy lejos de allí, de la invasión de un país a otro, de la destrucción, de masacres, muertes, éxodos, vejaciones y todo lo que ello conlleva. Un esperpento de añoranza de antiguos imperios, de nostálgicos reinos, de falsedades históricas, de demostraciones de fuerza, de expolio y apropiación de las riquezas ajenas, y lo peor de todo de defender hipócritamente estas viles actuaciones en nombre del pueblo, su identidad y bienestar y bajo la coraza de unas ideas políticas caducas y obsoletas que privan de libertades, oprimen al débil, acallan a opositores, eliminan disidentes y reparten miseria conjugando hoces, martillos, cruces retorcidas, grilletes y cadenas.

Quien lleva a cabo semejantes tropelías no puede descender de los hombres creados con barro a imagen y semejanza de los dioses. Ellos no lo hubieran permitido y ante esto seguro que estarían revolviéndose de rabia e impotencia en el Olimpo y en los demás santuarios míticos.

La taberna, ese centro de culto donde siempre finalizan las cabalgadas, fue testigo de celebraciones con cantos y bailes bajo la batuta y dirección de Sir Mike Lion que contagiaron a buena parte de los aldeanos allí presentes quienes no dudaron en participar con coros y palmas.

“Ese, ese, ese es el mejor regalo que me puedes hacer... una sonrisa tuya” fueron las palabras que lanzó a los presentes este sinvergüenza grandullón, alma y pegamento de la tropa, y que al hidalgo Fernán le confirmó la valía de la firma de sus escritos afianzando así el puntal de su pensamiento y filosofía de vida:

“Un día sin una sonrisa, es un día perdido”

05 de Marzo del Año de los Lodos:

Tentar de nuevo a la suerte no era la opción más aconsejable y menos cuando la semana anterior había sido triunfal para los Caballeros y la lluvia daba la impresión de estar maquinando su cruda venganza. Quizás por mera advertencia o pretendiendo difundir claramente su amenaza, los días anteriores a la cabalgada dejó palpable su intención de guerrear contra nuestros jinetes dejando caer sutilmente sobre la villa y aledaños pequeñas muestras de su poder y empapando con sus cristalinas gotas chozas, caminos, terrenos y cuanto pudiera abarcar.

Por ello el Mariscal de Campo Gocha Glez planteó una ruta de las llamadas antibarro, sencilla y corta por si el empalagoso enemigo hacía acto de presencia con ganas de fiesta y les obligaba a retroceder o girar sobre sus pasos y humillados retirarse con resignación. El destino no era otro que el conocido Puente de Clavería con la idea de retornar por esas novedosas calzadas de material duro y grisáceo que tanto agradecían las castigadas posaderas de los fornidos jinetes.

Dicho y hecho iniciaron la marcha pasando en un suspiro de ligero trote a galope tendido. Tal fue el severo fustigamiento y flagelación al que sometieron a los corceles y la velocidad adquirida por momentos que en un verlo y no verlo se encontraron a media mañana con la práctica totalidad de las millas previstas ya consumidas. Y he aquí el dilema ... ... ¿Retornar pronto al hogar a sabiendas del susto y disgusto que ello podría acarrear a la familia al ver entrar a las estilizadas figuras a estas horas tan poco corrientes o darse un merecido homenaje culinario a sabiendas que ello podría poner en entredicho y afectar a la cuidada apariencia atlética de la que tanto presumían?.

Costó, y mucho, decidirse. Tanto que la hueste se dividió salomónicamente y ambas opciones contaron con jinetes que las secundaron.
Llámese buena fortuna la que disfrutaron los que, con buen criterio, optaron por volver al calor del hogar y a disfrutar de la tierna acogida y de la entrañable compañía de la familia pues de esta forma se libraron de la tortuosa experiencia de digerir el platito de degustación que el tabernero les plantó sobre la mesa y que les vendió con aires de famoso chef francés: delicatessen de ave en dos texturas, clara y yema al punto, acompañadas de barritas de fécula salteadas en aceite con toque de sal y muestras de excelencias porcinas reconstruidas en su propio jugo. Para haberse matao.

Sin poder evitar caer en la tentación y habiendo sucumbido irremediablemente al pecado de la gula no les quedó otra que, como era de esperar en estos abanderados de la glotonería, darlo todo en esta singular batalla para salir airosos y dejando el plato sin rastro alguno de lo que minutos antes allí se apiñaba.
Y como el mal ya estaba hecho, y el arrepentimiento era nulo e inútil, una vez devoradas las viandas y sin remordimiento alguno decidieron por fin huir del lugar del delito y volver a sus respectivas moradas en esos corceles que estupefactos habían visto antes como los caballeros engullían los manjares mientras ellos esperaban amarrados fuera sabedores del esfuerzo extra que se les venía encima. Y nunca mejor dicho pues el sabor de la victoria está mal repartido: unos se llevan la gloria de la gordura mientras otros acarrean con el indeseable peso de ésta.

En fin, que librarse del barro esa semana... cierto es que se libraron, pero para caer en otro lodazal más sabroso y del que tuvieron serias dificultades para emerger de forma honorable y manteniendo un mínimo de dignidad.

12 de Marzo del Año de los Lodos:

La venganza se cuece a fuego lento y se sirve en plato frío. Confiados por la buena suerte de las últimas semanas, en las que habían sorteado casi milagrosamente los enfrentamientos con el fango en cualquiera de sus versiones, planificaron una ruta sin otear el cielo ni considerar los avisos y rumores que recibían del posible estado de los caminos por los que debían galopar. Garrafal error que lamentablemente pagarían con creces.

A priori el trayecto carecía de dificultades desmesuradas, sino más bien lo contrario: no muy larga y con escaso desnivel, iniciando la partida desde el Parque Grande hacia el Canal, Centrovía, Casa de los Cazadores, Paridera Barta, Ciudad Deportiva y vuelta por el CR-11. Cómoda y sencilla salvo por... ... ya se lo pueden imaginar vuestras mercedes. Cierto es que días antes las nubes habían vuelto a firmar unas páginas gloriosas en su gris historia descargando parte de su ser en forma de lluvia, que si no de forma torrencial si fue de manera persistente. Pero aún así todas las misivas recibidas por las palomas mensajeras al menos confirmaban una tregua durante la cabalgada. Quizás el mal ya estaba hecho, la trampa les aguardaba pacientemente, y once incaut@s jinetes cabalgaban hacia ella de forma cándida e ingenua.

Lo que mal empieza... ... Para los supersticiosos y agoreros la caída del Mariscal Gocha Glez en los inicios de la correría fue un mal presagio de lo que se avecinaba. Otros vieron en este lastimoso lance el principio de la sutil venganza de su pringoso enemigo. Afortunadamente la curiosa manera que tuvo de desmontar de su corcel no trajo males mayores, salvo la desoladora imagen de este bravo Caballero en medio del charco al que fueron a parar sus huesos, afanándose por cobrar de nuevo la verticalidad y dejar de asemejarse a una madalena en un vaso de café con leche. Empapada y dolorida la dignidad pero inmaculado e impoluto el pundonor tuvo los honrosos arrestos de volver a cabalgar con aire marcial el resto de la jornada. Bravo por él, seguro que la mayoría hubiera regresado a la villa a por un baño caliente y de terciarse un reconstituyente y sensual masajito de su doncella.

Superada la primera adversidad continuaron con trote sosegado y apacible, entre chácharas, canturreos y sin obstáculos ni amenazas palpables hasta cerca de la mitad de la ruta cuando inesperadamente se vieron engullidos en un primer lodazal que se agarró a herraduras, patas e incluso estribos como la madre que abraza al hijo al partir a la guerra, obligándoles a desmontar, caminar acompañando a los corceles sobre el fango y una vez salvado el escollo movedizo escudriñar los aledaños en busca de palos, ramas e incluso cantos puntiagudos con los que liberarlos de tan pesada y viscosa carga.

Y no sería el primero, pero ya cabalgaban alertados y ojos avizores por lo que divisaron a tiempo la segunda encerrona que les tenía preparada el barro. No cayeron en la emboscada y con la sensatez que, de cuando en cuando, florece de las escasas neuronas que alguno de esos jinetes aún puede presumir de mantener, decidieron bordear el tramo más peliagudo y escabroso campo a través y por terreno firme y seco. A partir de ese punto el hidalgo Fernán decidió mantenerse en retaguardia y cerrando la partida. Ya lo había hecho en otras muchas ocasiones pero en ésta el motivo principal que prevalecía no era otro que el de salvaguardar su integridad física, resguardar su espalda y mantener una distancia prudencial con aquellos que bramaban improperios y le lanzaban miradas que nada tenían que ver con las que se regalan los tortolitos enamorados. En fin, él había propuesto esta ruta y ahora no le quedaba otra que encajar los golpes o al menos esquivarlos con su espectacular juego de cintura de reconocida fama.

El reloj de arena les advirtió del tiempo perdido y eso, unido a las celebraciones familiares y otros compromisos previstos que tenían algunos de los jinetes, decantó la balanza hacia la idea de volver sin acometer la parte inicial de la subida a La Muela por los pinos. Así que pensado y hecho retornaron por un trayecto más llevadero hasta la villa y una vez allí se fueron dispersando cada cual en busca de su, hoy si que si, añorado hogar. A pesar de que la tropa había menguado drásticamente cinco Alazanes mantuvieron viva la tradición de finalizar la correría en la terraza de una taberna y a la orden de Lady Marian Ligth procedieron al popular y castizo brindis:

“bici sin cerveza, no me entra en la cabeza”.

19 de Marzo del Año de los Lodos

La desazón se apoderó del hidalgo Fernán pues una semana más veía truncado su anhelo de cabalgar junto a sus compañeros de correrías. Sus obligaciones hacia los mercados de corte británico se lo impedían. En el ropero quedó esperándole su atuendo de la Orden y en la cuadra su jamelgo Scotty resoplaba de satisfacción al comprobar que se libraba de sufrir el peso de las lorzas de su amo sobre su lomo.

Los vio partir desde la atalaya más elevada de las murallas de la villa con añoranza, melancolía y una minúscula dosis de envidia. Sana, pero envidia. Hubiera rezado por ellos, pero no sabía. Hubiera suplicado a los dioses paganos fortuna para ellos, pero desconocía sus nombres mitológicos. Hubiera vendido su alma al diablo por cabalgar junto a ellos pero... ... pero igual, igual, exagero. Tampoco era para tanto, el año era largo y cabalgadas no iban a faltar. Alzó la vista, oteó el horizonte mientras se alejaban y creyó confiado en la buena ventura del destino marcado.

Con júbilo y regocijo iba recibiendo de lugareños campechanos y confidentes creíbles las buenas nuevas: que si galopaban por el recorrido sin ningún incidente, que si seguían fielmente el mapa preparado por el Maese Paskal, que si ya habían pasado por Cadrete y María de Huerva, que si habían dejado atrás Mozota para entrar en Muel... ... Una sonrisa cruzó su rostro de este a oeste al recibir pruebas fidedignas del llamativo, acompasado y dinámico baile que habían brindado a los vecinos del lugar con la vistosa cascada del parque como telón de fondo. Buen escenario, buenos actores, buena danza... ... cuando los ingredientes son de calidad el guiso siempre sale sabroso y suculento.
Aprovecharon el descanso habitual para dar buena cuenta de las viandas que portaban y dedicar unos minutos a visitar la Ermita de la Fuente y contemplar los frescos del pintor más afamado y reconocido del Reino antes de regresar al hogar por el camino lindante de Mozota a Botorrita.

Por fin rebosó de tranquilidad absoluta al recibir una misiva del tabernero informándole de la presencia de sus añorados caballeros que, jarra de cerveza en mano y dando buena cuenta de los platos colmados de patatas que les había servido, compartían tertulia, bromas, risotadas, brindis y demás. Ahí recordó como firmaba anteriormente sus escritos:

“Todo lo que ilumina debe permanecer ardiendo”.

Con la mirada fija hacia el cielo buscaba al sol que, además de alumbrar e irradiar calor, debía cegar y marchitar a ese barro que tantas penurias y avatares les había originado. Las nieblas matutinas quedaron atrás, las gélidas temperaturas pasaron al olvido y ya solo faltaba que el pringoso enemigo quedara sin vida o al menos aletargado hasta el inicio de un nuevo Año de los Lodos.

Le vino a la mente el recuerdo de una tablilla tallada a mano con la que se topó en un camino y en la que se podía leer:

“No te adentres en lodazales innecesarios pues la mancha del barro ultrajado permanecerá en ti, por siempre”

Y recomendando la lista de Spotify que me ha inspirado y acompañado durante las largas horas que he necesitado para plasmar este memorándum me despido de vuestras mercedes. Continuará.

https://open.spotify.com/playlist/3NLUgJvOe1VTfin6R3sqCC

Au i adeu
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