Ya sabéis que mi única pretensión es entretener y si además puedo sacar media sonrisa ya me doy por satisfecho. Un día sin una sonrisa es un día perdido. La vida es demasiado corta para vivirla con amargura, frustración y rencor.
Así es que con las alforjas colmadas a rebosar de cuantas sonrisas podamos lucir y compartir sigamos marcando sin pausa ni demora nuestro particular camino, defendiendo con entusiasmo la ilusión, los proyectos y los sueños que nos unen, pues estos son como los amaneceres: si esperas demasiado, te los pierdes.
La única vez que debemos mirar hacia atrás es para ver lo lejos que hemos llegado y pensar que si la montaña que nos toca subir parece cada vez más imponente es que la cima está cada vez más cerca.
(Mi sincero agradecimiento entre otros a Charlie Chaplin, Mark Twain y Willian George Ward por su desinteresada colaboración y jugosa aportación en esta respuesta al post)
AMÉN
