Ruta 11/07/2020 Vallobera Larga/Salinas.
Ya nos conoces.
“Buscar records no es lo que me mantiene sobre mi bicicleta, es la felicidad.” Lance Amstrong.
Ya es verano, un verano que nos ha llegado a las manos sin primavera previa. A muchos esto nos tiene desconcertados, es como si nos faltara algo, unos cuantos días más para pedalear , pero como ya te digo, ya nos conoces desde hace tiempo, incluso por nuestros nombres. Has leído nuestras crónicas, visto las fotos, acompañado en multitud de rutas, nos has sufrido y soportado a través del tiempo y de esa forma también conoces nuestros objetivos. Sabes que lo que buscamos no es batir records, es simplemente la felicidad.
A la quedada en la fuente de la Junquera acudieron diez ciclistas, dispuestos a compartir una mañana más pedaleando. Grandes ausencias en esta ocasión. Estamos en periodo estival, como digo , y los más se han buscado su huequito donde pasar las vacaciones, pero como no puede ser de otra forma, alguna cara nueva . Acudió Daniel, el padre de Jorge, una persona con la potencia suficiente para ir en el grupo que le apetezca. También se unió a nuestras filas Luis , un veterano de BTTZaragoza, pero veterano de verdad. Al primer golpe de vista dejaba entrever un tío potente, de esos que pueden subirse las planas sin llegar al sobre aliento. Delgado y con una sonrisa dibujada en su cara.
Arrancamos al punto, no deseábamos llegar demasiado tarde, ya que , en cuanto te descuidas, el sol empieza a apretar haciendo que cualquier kilómetro que puedas llegar a hacer sobre la bici sea un auténtico suplicio. Marchamos de forma relajada, las conversaciones se sucedían en el pelotón. A mi lado se colocó , al menos durante un trecho, el mencionado Luis, que iba dándome las razones de su ausencia con la bicicleta. Así mismo me contó que es un ciclista ambiguo, según sus palabras, que fluye de un grupo a otro según le guste más una ruta u otra. Según dijo “a la carta”. De todas formas confío en que, al igual que en su día Inad, tengamos ocasión de pedalear juntos alguna otra vez. Luisete andaba haciendo fotos al grupo. Un buen número de compañeros, debido a la ausencia de los que son nuestros fotógrafos habituales, hacían lo propio. Léase Gonzalo, Fernando e incluso Jorge.
La mañana se ofrecía fresca, al menos hasta el momento. Un ligero viento a favor nos facilitaba la marcha de tal forma que devorábamos el terreno sin darnos cuenta. Sobre nuestras cabezas un cielo azul brillante dando el merecido marco a todo ese entorno. Anuncié en voz alta “Recordad que cuando lleguemos a la avícola los morenicos hay que tomar el camino de la izquierda.” Toda prudencia es poca en ocasiones.
De esta forma llegamos a la subida de la Vallobera.
El suelo se mostraba árido en su principio, con grandes agujeros originados por la pisada de la rueda de algún vehículo. Hay que recordar que en esta parte baja el terreno es más arcilloso y se crea en ocasiones un lodo imposible.
Aquellos surcos nos obligaron a marchar prestando atención, con cierta prudencia. El suelo mostraba una ligera inclinación. Una ascensión amable que, si bien te atranca la bici, tampoco da un castigo excesivo. El grupo comenzó a estirarse, hubo advertencias de prestar la debida atención a los desvíos. Todo marchaba bien. Los más fuertes comenzaban a tomar n, como cabría esperar, los menos aguantábamos la subida marcando un ritmo constante.
El grupo se dividió, se partió en dos de tal forma que cinco rodaba delante y otros tantos detrás. A mi lado Fernando me daba apoyo y conversación, hasta que se pico con Jorge y ambos ejecutaron un ascenso que , a cada pedalada, marchaba un poco más rápido. Más tarde, en el bar, no dudarían de acusarse mutuamente, “que se ha picado el, que cada vez iba más fuerte..” decían ambos, mientras los demás los coreábamos con unas estruendosas carcajadas.
Como decía quedamos sólo un pequeño número. El calor empezaba a hacerse insoportable ya que el recorrido marcha por algún tramo más abrupto, haciendo de garganta, eso unido al sol... El grupo nos esperó en el primer cruce, bravo por ellos, los que llegábamos más atrás decidimos no parar, total en breve nos alcanzarían otra vez. Como así fue y coronamos la Vallobera.
Arriba todo cambió. Un aire de cierta dureza nos azotaba y , si bien permitía rodar, hacía que andáramos todos buscando una rueda a la que cogernos. Luis (Fermopeich) me comentó que este tramo le parecía feo , seco y monótono y que quieres que te diga, casi tengo que darle la razón. Los molinos emitían esos imponentes y graves siseos, impulsados por un viento prominente. Rodábamos cabizbajos, sin apenas conversación, tan sólo ofuscados en llegar al mirador de Salinas.
Lo alcanzamos, hicimos la parada de rigor para reponer fuerzas, la foto de grupo pertinente y nos sumamos a la gran confluencia de ciclistas que este día se encontraban en la zona. Un muchacho, un titán que responde al nombre de Jorge Jurado, haciendo un reto llamado Everesting a favor de una asociación para niños con problemas oncológicos llamada ASPANOA. Que grandeza de corazón , que osadía y que desprecio por la salud propia, llegando al límite, dando todo lo que uno tiene por conseguir ese magnífico objetivo, Bravo.
Bajamos con cierto cuidado, ya importaba poco de que lado soplaba el viento, tan sólo prestar atención en las curvas, para no llevarte a nadie por delante y para tomarla como es preceptivo, ya que el terreno que aquí se ofrecía estaba formado por grava y eso dificultaba el agarre. Ya abajo pudimos ver todo el dispositivo montado para este evento, así como encontrarnos con José Antonio , al que hacía mucho que no veíamos y saber de sus cuitas y sus quehaceres. Cuídate José Antonio, ya sabes por qué te lo digo. Emprendimos nuestra marcha, siendo grupo otra vez, habiendo cumplido todos nuestros objetivos de una forma maravillosa e irreprochable, en tiempos muy por debajo de lo previsto, hacia el CAR de Cuarte, donde nos tomaríamos unos merecidos refrescos.
Unos cuantos marcharon , esto es normal, hay quien tiene sus obligaciones , la mayoría quedamos allí, a echar un rato entre amigos, a buscar lo que muchas veces el resto de la semana no se encuentra, la felicidad.
Como ya he citado, ya nos conoces, sabes que clase de personas somos, qué es lo que buscamos cada fin de semana. Bien es cierto que en este grupo se hacen los deberes, ejecutando rutas dignas del más grande, también es cierto que probablemente en mejor tiempo, pero a nosotros no nos importa. No nos consideramos menos ciclistas que nadie, ni más tampoco, pero una cosa si te diré....
Somos compañeros, pero de los de verdad.
No deja de sorprenderme cuando alguien del grupo me dijo... “este es mi sitio” con una certeza fuera de toda duda y algún otro incluso “he encontrado amigos” , no se puede pedir más.Acaso ¿no es esto la felicidad?.
Gracias
V.