Hoy, como no estaba Félix, y sintiéndome como un niño travieso tras el día de Reyes, he decidido suplantarle y jugar a ser "el aprendiz de brujo"
La primera en la frente: para ir a Torrecilla, establezco el punto de encuentro en la Funte de la Junquera
La segunda, mi poder de convocatoria: tres apuntados, Raquel, Guillermo y yo. Menos mal que ha venido Josemari con dos amigos del Triatlón Cierzo. Espero que haya sido el frío lo que ha invitado a la gente a quedarse en casa.
Subimos hasta el tiro de bola y llegamos a Torrecilla sin nada que destacar. Allí me surge la primera duda. Al mirar el track en el ordenador había visto que en el mismo pueblo cogeríamos una pista evidente, que utilizaríamos también en la bajada, y que nos acerca a las faldas del sillero. !!!Y tan evidente, como que era la carretera!!! Que diita llevo.
Félix ya había dicho que había un trozo de I + D y que parte de la subida era nueva, pero Raquel y Guillermo insistían que ya habían subido por allí. Cuando dejamos la carretera nos encontramos con la cadena que limita el acceso a las crestas del sillero y que, en efecto ya habíamos hecho tanto de subida como de bajada. Pasamos y todos para arriba. Me quedo atrás para no entorpecer a nadie (bueno a Guillermo sí), y nada más comenzar el cuestón me doy cuenta de que no es por ahí. Miro para arriba y ya no veo a nadie. A ver como les digo que hay que volver a bajar.
En el primer descanso, nos esperan. Les planteo la situación y, como era evidente, dicen que de volver nada, que como la ruta es circular ya haremos el I + D de bajada. Bueno, ya se lo intentaré explicar al Brujo, pero llevo demasiadas escobas troceadas ya....
Llegamos al sillero, que nos recibe con un cálido cierzo. Avituallamiento, foto y para abajo
Ehhh, Ehhh, que es para el otro lado !!! ¿Como que es más corto y vamos mal de tiempo? Esto no lo explico yo de ninguna forma
Una vez dado por hecho que de la ruta inicial no queda nada, volvemos a Torrecilla y nos lanzamos a por el Verde (unos más lanzados que otros), y por montañés y valdeconsejo volvemos a Zaragoza,por supuesto sin cervezas.
Tiemblo de pensar que cuando vuelva Félix, se va a encontrar con el laboratorio inundado y lleno de pequeñas escobas vivientes.