CRÓNICA DE UNA PÁJARA ANUNCIADA¡Buenas tardes a todos desde el sofá de mi casa, ya recuperado!
Después de mucho tiempo sin salir con la bici, tenía ganas de retomar mi afición, por lo que me apunté a la salida China Chana (Y jodo con los china chana, estos mardanos están cada vez más fuertes).
Me desperté con ganas, me embutí un desayuno potentorro, y salí para el azud. Sin embargo, calculé mal la hora y acabé corriendo a todo trapo para finalmente llegar unos 5 minutillos tarde (1º señal).
Después de los saludos y disculpas de rigor, ¡para allá que vamos! Remontamos el Gállego hasta llegar a la Avda. Cataluña, y de ahí tomamos el camino hacia Peñaflor. En la rotonda de la Balay mi gemelo tiene el dudoso placer de presentarme un conato de tirón (2º señal), eventualidad que solvento sin mayor problema. Enfilamos hacia el camino de ronda y las casas aisladas, tardando un rato en tocar tierra. Una vez llegamos a la zona de Peñaflor, se presenta nuestro querido amigo el sr. Barros, al principio como agüilla fría, y se fue aberronchando cada vez más hasta que tuvimos que pararnos un rato para eliminar el exceso de barro. En mi caso inclusó atascó el desviador (3º señal). En ese momento ya noto que no voy precisamente lo que se dice demasiado fino, por lo que decido tomarme una barrita para ahuyentar a los malos espíritus.
Subimos a la torre forestal, y una vez arriba tomamos la barrita-plátano-bocadillo de rigor. En ese momento el centro de atención parece acapararlo el monoplato de Isaac, con 5-6 maromos agolpados en torno a la bici de Isaac.
Bajamos hacia Leciñena, y en un rato se empieza a divisar la ermita-santuario de la Virgen de Magallón. Mi primera impresión fue que era más grande que el resto de ermitas habituales. Pasado Leciñena, el grupo se divide en 2 para subir a la ermita. Un grupo optó por subir directamente, mientras que el otro (un servidor incluido) optó por rodear la colina y subir por el otro lado. La primera mitad de la subida aguanto el ritmo de cabeza, pero de repente sonaron todas las sirenas.
Me viene un mareo y sudores fríos repentinos (4º señal), por lo que decido bajar drásticamente el ritmo por si acaso, y recuperar como pueda arriba en la ermita. Me pasan todos, hasta que me alcanza Sergio y me acompaña un rato, y paramos un momento hasta que aparece Alberto, que cierra el grupo rodeacolinas. Subimos los 3 juntos, cerrando yo el grupo. Una vez arriba, se me aparece la Virgen de Magallón en forma de silla de bar. Decido seguir la aparición y sentarme a recuperar. En ese momento el grupo empieza a celebrar una ronda de Ámbar. Me hubiera gustado estar con el grupo, pero ya me disculparéis, necesitaba sentarme como sea. Aprovecho para comerme mi 3º y última barrita para tener suficiente energía para volver a casa.
Cuando toca volver, al levantarme me da otro pequeño mareo (5º señal, ya empiezan a ser demasiadas), pero se me pasa al dar 2-3 pasos al coger la bici. En la bajada y camino hasta Perdiguera aguanto bien el ritmo del grupo, pero en la cuestecita de la entrada a Perdiguera, se me aparece a un lado del camino el tío del mazo (más que el tío del mazo parecía el gacho de la foto)
Termino la cuesta como puedo, y en Perdiguera me espera José en el desvío. Al salir de Perdiguera ya pierdo el grupo, pero se quedan conmigo Paco, Javier, Miguel y José, que me acompañaron y me ayudaron a volver a casa. Empiezo a beber agua como un descosido, hasta que me doy cuenta de que me he fumado los 2 litros a falta de 20-25 km para llegar a casa, y en ese momento pienso "jo*** jo*** jo***, a ver quién es el guapo que se vuelve ahora a ZGZ con el viento en contra" pero en un momento jolibudiense pienso en la familia que me está esperando en casa (Más bien en la que me caerá como llegue tarde...)
Así que hago de tripas corazón, y tiro como puedo. A la altura de la iglesia de Villamayor no me queda otro remedio que aceptar el agüita que me ofrecen José y Paco, y me sabe a néctar de los dioses del Olimpo... En ese momento empiezo a ver la luz al final del túnel, ya que se divisa Zaragoza al fondo...
Una vez llegados al lavadero de avda. Cataluña, ya en Zaragoza, dejo a mis ángeles de la guarda limpiando sus bicis y volviéndose a su casa, para volver a mi casa como pueda (Aún tengo que llegar literalmente al lado opuesto de ZGZ... Madre del amor hermoso...
Al llegar a la gasolinera Cepsa de Echegaray y Caballero me encuentro a un amigo que está repostando, y aprovecho para comprar un donut mientras mi amigo vigila la bici. ¡El donut me dio las fuerzas que necesitaba para volver a casa! Aunque sé que es más psicológico que nada, ya que no le ha dado tiempo de digerirse, jeje...
¡Y por fin en casa!
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Me ducho y me como un asado con patatas!!!!! No sé cómo lo hacen las madres para saber lo que necesita un hijo en cada momento... Será intuición de madres...
Ahora bien, me gustaría comentar 2 cosillas:
1º Pedir disculpas a todos, ya que valoré mal la dureza de la ruta y mi estado físico, y es un fallo mío por el que he estropeado la ruta a más de uno...
2º Comentar que el objetivo principal por el que os escribo esta crónica no es contaros mis viscisitudes, sino expresar mi agradecimiento más profundo a Miguel, Javier, Paco y José por acompañarme y ayudarme en mis momentos más aciagos de la ruta.
Hala pues, aquí acaba mi crónica.
Un saludo a todos
P.D. Perdonad la parrafada, jeje...