por Rafa » Mar Ene 25, 2022 3:54 pm
CONTRACRÓNICA.
La ruta era un poco rara, ya que no era de nuestros habituales proveedores de rutas (¿si consideramos el ciclismo como una droga se les podría llamar camellos de rutas?, me lo apunto para pensarlo luego), sino que era una propuesta de la Comarca de la margen izquierda para conocer sus pueblos, 78 kilómetros desde el punto más cercano a Zaragoza, 98 en total desde el azud por este motivo comenzamos desde 2 puntos distintos. Los más valientes salieron desde el azud y otros con algo menos de valentía salimos desde Pastriz.
La ruta completa era Pastriz, La Puebla de Alfindén, Villamayor, Osera de Ebro, Villafranca de Ebro, Nuez de Ebro y Alfajarín, para acabar de nuevo en Pastriz.
La intención es recorrer por dentro los pueblos para ver al menos su ayuntamiento, plaza central o iglesia más representativa, actividad que habitualmente no tenemos tiempo de realizar ya que nos limitamos a cruzar localidades buscando enlazar con la siguiente pista.
Salió la mañana fría, no fresquita, fría (fría de coj…), si te quedabas parado los caminantes blancos parecían turistas británicos en Mallorca.
La ruta estaba compuesta por varios habituales de las rutas Paquianas, así que como suele ser habitual el ambiente era de compañerismo y buen rollo. El tema de conversación como no podía ser de otra manera, saliendo a -6 grados fue monopolizado al principio por la temperatura.
Me quejo mucho del frío pero tuvimos durante toda la ruta un estupendo sol (era más bonito que efectivo en calentar) y un cielo azul infinito lo que al final nos brindó una ruta muy agradable y con unas vistas estupendas.
La larga ruta que tanto miedo nos metía al principio resultó bastante suave ya que hasta Villamayor era principalmente llana y luego enlazando esta localidad con Osera era la parte realmente de montaña, luego volvía a enlazar un pueblo con el siguiente, así que solamente teníamos que “quemar” kilómetros.
Los algo más de 400 metros de subida eran muy tendidos con muchas zonas de descanso y luego una larga bajada para llegar hasta Osera que nos permitió realizar, incluso a los que somos algo más torpes una gran media.
Nos hicimos fotos en todos los pueblos en los que pasamos, todos conocemos que nuestro amado líder no puede ver una plaza o una iglesia sin bajarse de la bici y posar y tras él todos nosotros (Ferrer va a tener un trabajo de Photoshop digno de una boda). Al final nos pudo más la necesidad de una cerveza (o tinto de verano según los casos) que nos hicimos los despistados y logramos no fotografiarnos en las últimas localidades.
Tengo que decir que algunos de estos pueblos serían dignos de ser visitados con mayor tranquilidad ya que pasamos por algunas edificaciones realmente notables, al menos por el exterior.
También descubrimos que el comunity manager de la comarca sabe diseñar una buena ruta pero no ha visto una señal de prohibido el paso en su vida, creo que en casi todos los pueblos tuvimos que ir en dirección prohibida al menos una vez, y aunque es una actividad con cierto riesgo no alcanza el encanto bucólico pastoril de cruzar un sembrado o saltar una cadena que es a lo que estamos habituados.
Observamos al cruzar los pueblos que la hostelería de la comarca se ha recuperado bien ya que todas las terrazas de los bares estaban llenas (a pesar del frio) desde la cuales observaban nuestros esculturales, que quizá no apolíneos, cuerpos con una mezcla de “pobrecicos vaya ganas de pasar frio” y de “estoy de puta madre sentado no pensaréis que vais a venir de fuera a quitarnos la mesa”.
Afortunadamente como llegamos a Pastriz sobre las 14:00 que es una hora en la que la gente de bien se ha retirado a comer (y la gente de mal todavía no se ha levantado) encontramos sitio una estupenda terracita en la que dimos buena cuenta de unas bebidas del tiempo (o sea frías de narices) y a falta de papas bravas fuimos bendecidos por unas estupendas tapas cada una más sabrosa que la anterior.
Pues al final la ruta daba más miedo en Wikiloc que montado en la bici, así que disfrutamos de una estupenda mañana de pedales.
P.D.: Ha sido mi primera ruta invernal en la que no he deseado cortarme los dedos de los pies de lo que me molestaban por el frio, a pesar de que ha sido el día con menos temperatura, en mi caso un plástico de cocina envolviendo los pies entre el calcetín y el zapato han hecho maravillas. Ahí lo dejo por si a alguien le interesa.