Otra contracrónica, solo pensaba escribir un par de párrafos pero me he ido liando y liando y ha salido esto.
Recuerda leerla con ganas de pasarlo bien y esbozar una sonrisa.
Domingo 8:28 de la mañana y no encuentro al grupo en la BMW donde habíamos quedado, sería la primera vez que llegara el primero a una salida así que rápidamente descarto esta posibilidad y decido fijarme mejor. Y entonces me doy cuenta de mi error escondidos tras unos trajes de camuflaje descubro los “cuerpos esculturales” de mis compañeros de ruta, perdón compañeros y compañera ya que contamos esta vez con una fémina en nuestra grupeta.
Los maillots de la carrera en apoyo a la asociación de lucha contra el cáncer me llevaron a la confusión, gran parte se solidarizó con esta campaña y traían esta equipación para su prueba on line o como recordatoria de su participación el día anterior. Grandes todos/a ellos.
Luego si te fijabas juntando a 6 de ellos en dos filas de a tres parecían un pack de Heineken pero igual solo era mi impresión.
Nuestro líder Paco sin duda alguna con muy buen criterio nos indicó que haríamos la foto antes de salir para asegurarnos de que estaríamos todos a lo que ni cortos, ni perezosos todo el mundo se pudo en ruta mientras Paco gritaba “vaya panda de ….”.
Pues con esas todos estábamos de camino hacia Zuera a un ritmo trotón y tranquilo, ¡charco! la ruta del día anterior había hecho algo de mella y nos costaba un poco coger ritmo, como suele pasar a unos más que a otros, a pesar de este ritmo tranquilo ¡charco! el grupo se dividió rápidamente en 2 o 3 grupitos ¡charco!. La ruta tenía bastante carretera y pista ¡charco! con desnivel cero ¡charco!, aunque algo bacheada, ¡charco! ¡charco! ¡charco!.
Al cruce de la carretera el grupito de cabeza esperó al resto como buenos compañeros pero allí comenzó la tragedia, sucedió lo inesperado, aquello que jamás había ocurrido antes y que sin duda será una mancha en la historia de SPQR durante largos años.
Si estimado lector, lo que nadie esperaba había pasado, nos saltamos el track, es duro, es imperdonable pero sucedió y no debemos esconderlo. No visitamos el embalse en el río Gállego sobre el que Paco tenía mucha información que aportarnos. Desearía poder decir que no se volverá a repetir pero no me encuentro con fuerzas de afirmarlo en estos momentos.
Cabizbajos continuamos ¡charco! ¡charco! continuamos hacia el parque fluvial de Zuera donde nos hicimos las fotos de rigor y seguimos a Paco hasta el monumento de los océanos al que nos dirigimos con ilusión y ansias de conocimiento, pero aún con la explicación de Paco y sus indicaciones de que con agua se formaría un moho que lo haría más atractivo, lo siento, era un mojón feo de aquí a Lima. Y lo lamento por el “artista” que lo diseñó para nada mejora con moho o lo que se fuera a formar sobre la parte metálica del monumento. Se oyó una voz desconocida que decía “vaya mierda ruta”, yo nunca estoy de acuerdo con estas expresiones de enojo malsonantes y sin duda alguna poco meditadas pero por un momento me asaltaron las dudas.
Afortunadamente los siguientes ¡charco! Kilómetros por la ribera del Gállego disiparon mis dudas y creo que las de ¡charco! ¡charco! todo el grupo, la sombrita y el verde de los árboles nos dieron energía para continuar.
Desde allí nos dirigimos hacia la visita del Arco de la Mora, sin duda alguno lo más apetecible de la ruta, claro hasta que llegamos. Era un viaducto, vaya desilusión, cuando leí el nombre me imaginaba un bar de carretera, un lugar de asueto y vida disipada y lo repito al final era un viaducto y la mora ni estaba ni nada.
Atravesamos Zuera en dirección hacia las dos cuestas con las que estirar un poco las piernas y ensanchar el corazón. Un par de relajantes rotondas de Zuera prepararon nuestras piernas para afrontar la 2 subidas que nos habían preparado como postre.
Subida lo suficiente dura para resultar divertida pero no tanto como para llevarnos al límite y su no excesiva longitud, incluso con falsos llanos intermedios nos permitió romper a sudar pero sin resultar desagradable para el compañero de grupeta al que adelantabas o el te sobrepasaba, en mi caso ella ya que fue Mariluz la que me sobrepasó a buen ritmo y me agarrá de su coleta, virtualmente, para que me sirviera como marcadora de ritmo, al menos durante unos pocos metros.
La pista de subida tenía un firme variado, carretera, pista lisa y otras zonas algo más rotas, también había varias zonas de rockgarden, que para el que no lo sepan es como dicen los influencers de ahora “estaba to lleno piedras”
La bajada ¡charco! fue menos agradable ¡charco! Tenía zonas algo rotas en varias partes lo que no te permitía bajar alegremente, te exigía estar atento lo cual no es malo, simplemente diferente a otras bajadas. Desde el grupo de gravel, opinamos mayoritariamente que pa un rato está bien cambiar el tipo de camino.
Otra subida tan divertida y variada como la anterior, tras la cual parecía que iban a finalizar las dificultades y solamente tendríamos un agradable descenso hasta alguna agradable terraza de la capital del Ebro.
Pero cuan errados estábamos Mariluz se resintió de una lesión de hace un par de semanas y parecía que no podría continuar entonces actuamos como un grupo conjuntado y nos pusimos a colaborar, una parte decidió que la oración curaría sus males así que a rezar el rosario, otro grupo pensó que las milenarias artes chinas serían la solución por lo que se lanzaron sobre ella con sus agujas de acupuntura (creo que me compraré un juego y las pondré en el bolsillo del tronchacadenas, pero la jodia coja y todo corría más que los acupuntores (ya lo decía la publicidad que tanto tiene que enseñarnos, no pesan los años sino los kilos). Al final una técnica también original que reunía una botella con un bloque de hielo dentro (¿como metería el Ferrer semejante bloque de hielo por esa boquilla tan pequeña de la botella?) y la siempre útil técnica avalada por la OMS del “cura sana, cura sana, culito de rana) obraron la maravilla y pudo continuar casi sin problemas hasta el bar.
Unos tramos fuera de pista para esquivar los barrizales, varios y extensos que taponaban el camino nos permitieron llegar sin más incidentes hasta nuestro punto de llegada donde disfrutamos de lo que en el rugby llaman el tercer tiempo, y que nosotros podríamos, por no copiar, llamar el último kilómetro (the last kilometer para los angloparlantes o Последният километър para ese búlgaro al que tanto apreciamos).
Bueno como se suele decir en estos casos las penas con papas con menos penas y si encima llega el “calvo de la lotería” (F.S. para los inciados) y las paga ya todos los recuerdos son buenos y agradables.
Gracias a todos/a por esta ruta compartida, sufrida y divertida.
P.D.: Por si alguno no estuvo atento y quiere buena nota para el examen el gentilicio de Zuera es Zufariense.
Enlace a Odón de Buen en Wikipedia, para el que desea ampliar los datos
https://es.wikipedia.org/wiki/Od%C3%B3n_de_BuenNo se si entra para el examen pero el saber no ocupa lugar.