Ruta 06/08/2022 La paridera Gómez
Adelante.
“Un viaje comienza con un solo paso” . Ricky Maye.
Aunque inevitablemente el verano va languideciendo, todavía tiene los restos suficientes para darnos algún castigo. Así van pasando los días, así resulta que acabamos dando todo por hecho, así, sin darnos cuenta , hay cosas que haremos por última vez.
La jornada que nos ocupa era claramente este ejemplo. El tiempo nos daba una ligera tregua, pero no debíamos olvidarnos que la canícula todavía estaba aquí. Ya no amanecía antes de las seis y media, ya era un poco más tarde, e incluso la hora del ocaso tambíén había variado ligeramente, pero todavía debíamos huir de las horas centrales, por que ahí estaba gobernando su señoría el sol .
Este pequeño respiro nos permitió realizar una ruta un poco más “picante”. Si bien en kilómetros seguían sin salir demasiados, en desnivel ya empezaba a mostrar una cierta acumulación de metros. Pero ya sabes que nada que aquí en el Ritmo no se pueda superar.
Sorpresa cuando, siendo las fechas que son , que casi todo el mundo se encontraba disfrutando de sus días vacacionales, en el punto de reunión quince almas, todos vestidos con sus más elegantes sonrisas, todos dispuestos a asumir el nuevo reto que en el día de hoy se les ofrecía. Javier T que ya es un veterano en nuestro grupo, Manuel F potencia y control, Lieneska a la que me alegro mucho de haber recuperado, Iban ataviado en negro y empleando parte de su tiempo con nosotros, Antonio pieza fundamental del equipo, José Luis , que anduvo dando grandes consejos a los más nuevos, Emilio, mostrando orgulloso la pegatina del Ritmo, Christian al que su trabajo en RENFE le había permitido salir con la bici este fin de semana, César, la simpatía hecha persona, Urri que en esta ocasión vino acompañado de Diego C, Carlos A al que recuperamos después de demasiado tiempo, Joaquín, primera vez en nuestras filas y espero que no la última, José H grande donde los haya y , cerrando filas ,como siempre ,este humilde junta letras.
Arrancamos con todo a favor, la mañana todavía se mostraba fresca , el sol no quemaba aunque ya reinaba en lo alto de un cielo despejado, las actitudes eran las mejores, las de personas dispuestas a descubrir mundo, a afrontar lo nuevo que se abría ante sus ojos hoy. Salimos dejando atrás el punto limpio, enseguida entramos en un tramo que me recordó la carrera ECI de 2016, fue dura y no estaba preparado para ella, pero la afronté y la acabé. Pasamos ese pequeño puente azul sobre la autovía, el camino se mostraba inexorablemente cuesta arriba, en un falso llano la mayoría del tiempo, que de forma inadvertida iba minando las fuerzas de cada uno.
Alcanzamos la balsa, bien es sabido que se halla en un punto elevado. En lo que a mi respecta me faltaba el aire en los pulmones, así pues , tras un breve descanso, para recuperar el alma , continuamos marcha. Bajamos la cuesta del Royo, yo la recuerdo de otras ocasiones en peor estado, quiero decir, con una torrentera surcando su centro, en diagonal, de tal forma que te obligaba en un momento dado a tener que cruzar de un lado al otro para poder llegar abajo. Esta vez aquel surco no era de tan grandes dimensiones, pero para compensar el camino se hallaba cubierto de abundante grava , lo que restaba adherencia a nuestras ruedas , por más que tiraras de freno. Continuamos rodando por un terreno que volvía a mostrarse impío , las cuestas arriba acababan con el pulso, las fuerzas y el aire de uno, pero poco a poco, cada uno a su ritmo, fuimos dándoles fin. Llegamos a la mencionada paridera Gómez. Esta se ofrecía como una sórdida edificación en medio de ninguna parte. Un antiguo y espartano caserón gris, rodeado de desolación y desierto. Aprovechamos para hacer la foto de grupo y para el leve descanso, acompañado de refrigero, que solemos hacer. Cada uno recuperó fuerzas a su manera y , después , dispuestos todos, seguimos marcha.
Enseguida nos llegamos a una bifurcación, sabiendo que a la izquierda se dirigía a los terrenos de las colmenas y de ahí al famoso Montañés, subida de referencia para todo ciclista que se precie aquí en esta ciudad, y a la derecha hacia donde hoy nos importaba, el final de la subida de Cabras y la bajada que hoy haríamos , la de Valdeconsejo.
Los compañeros se mostraron maravillados, es una bajada que se presta a disfrutar, sabiendo , eso si , que hay dos curvas peraltadas hacia afuera , asi que , igual que al toro , no hay que perderle nunca la cara. El que más el que menos, soltó frenos y se dejó llevar , para gozar de este tramo. Enseguida comenzaron a alejarse , a perderse en la distancia, sabiendo que nos reencontraríamos sólo un poco más adelante. Atrás , de forma más prudente, quedamos unos pocos, José Luis, José H y yo andábamos escoltando a los más rezagados, a los que andaban bajando con más prudencia, como tiene que ser.
Ya abajo giramos enseguida a nuestra derecha, tomando un camino hacia unas graveras. Este se volvía a mostrar severo, apuntando hacia arriba sin compasión cuando Urri pinchó.
Haciendo honor a la verdad diré que era la segunda vez, pero incluso diré más , que esta segunda vez fue por no revisar bien la primera, ya que no habían encontrado el objeto del pinchazo y , aunque reparó , aquella punta volvió a hacer de las suyas y a dar al traste con su rueda. Paramos como conviene, como exige la ley no escrita, como aquí en el Ritmo hacemos siempre , no dejando a nadie tirado. El sol empezaba a apretar, esto sumado a que nos hallábamos en un terreno protegido del escaso viento que hoy había. Una pequeña garganta que nos aislaba de todo lo exterior. Así se hizo notar, perlando nuestros brazos y nuestras frentes en sudor. Una vez resuelto el asunto seguimos marcha. El resto del grupo se hallaba detenido sólo unos metros más adelante, a la sombra del único árbol de la zona. Coronamos en unos terrenos que nos eran conocidos, pues habíamos pasado hacía poco y aquí el track describía un ocho , y seguimos marcha esta vez por nuevos espacios desconocidos. Acabamos saliendo a unas sendas paralelas a la z-40, al otro lado de Puerto Venecia, nuestro rumbo claramente buscaba encontrar el canal imperial , como así acabamos haciendo. Una bonitas sendas por un terreno sube y baja, que nos dieron la diversión, el broche final a una ruta que había sido estupenda.
El calor empezaba a apretar, pero ya poco importaba, los árboles nos brindaban el cobijo necesario y la frescura bendita para nuestros cuerpos. José ( y coincido plenamente con el ) me dijo que se mostraba cansado, que tanto tiempo haciendo rutas flojas, debido al calor, le habían hecho perder la costumbre de hacer desnivel. Llegamos al bar, a por unos refrescos que , entre una buena ración de chistes y de bromas, tuvimos a bien de disfrutar.
Y este fue nuestro primer paso de hoy, un paso que sin duda nos llevará mucho más allá , a seguir descubriendo, a seguir investigando , a seguir dando pedales y disfrutando. Bebiendo la vida a tragos largos.
Gracias mil querido lector.
V.