Ruta 12/11/2022 Rodén viejo.
Aemet.
“No llueve eternamente”. Brandon Lee en “el Cuervo”.
Quince los convocados, todos ávidos de bicicleta en un día que en principio no pintaba mal. Aemet avisaba de posibilidad de lluvia sobre las diez de la mañana, pero en una probabilidad baja, es más, éramos varios los que habíamos consultado su página llegando a la misma conclusión.
Entre los presentes Javier T, pertrechado con nueva cazadora ciclista dispuesto a hacer un test al producto. Álvaro siempre sonriente dispuesto a otra jornada de aventura. Ruth acudía cargada de positivismo y ganas. Iban, siempre amable, siempre dispuesto a ayudar. Antonio acompañado de José Luis y su bicicleta eléctrica, dos sujetos a cuál mejor, recuerdo que incluso mantuve una agradable conversación con el primero sobre su hijo , de cómo este andaba atareado con el trabajo y en alguna ocasión incluso un poco perezoso a la hora de coger la bici. No te preocupes Toño, aquí estaremos siempre que quieras, sabes que tu compañía es grata en este singular pelotón. Gonzalo venía hoy con la bicicleta de su amigo. Una bici un poco extraña , que se acerca a una gravel. Antonio también traía otra gravel, su bici estaba en dique seco , en el taller vamos , y desde allí le habían dejado esta para que la provara. Fernando J y su gran simpatía. Javier al que sólo le resta ser fraile por que cocinero ya es. Pedro , un hombre discreto y amable, observador e inteligente. Juan Carlos se prodigaba hoy con nosotros, andaba este hombre rezagado en algún momento, afanado en hacer fotos de la ruta que después sube a sus redes. Christian , después de algún tiempo acudía intentando recuperarse de una lesión en su rodilla. Farid, humilde y sonriente pero con unas ganas infinitas de disfrutar del día . Luisete , veterano del grupo y de BTTZaragoza y como siempre y cómo no, cerrando filas, este vuestro humilde servidor.
Como digo la mañana no aparecía mala. Si bien el cielo mostraba un gris plomizo, pesado, pero tampoco se apreciaba una inminente y potencial tormenta. Arrancamos pues por unos terrenos que nos eran propicios, deseando llegar a Rodén viejo , ver sus ruinas, conocer su historia, imbuirnos en sus degradadas calles, entre sus casas derruidas y sus paisajes deshabitados. Seguíamos la rivera del río Ebro con un anhelo único, deseosos de mamar de las ubres de nuestro propio destino , guiados por una razón , la misma que mantiene al Ritmo unido, la misma que es nuestra mayor potestad y nuestro patrimonio. Ganas de disfrutar de nuestra mutua compañía, de entregar y recibir un poquito del calor que llevamos adentro, de sonreír, de encontrar alguien en quien poder confiar y olvidar el tedio de la semana, descargar todas esas cosas grises que nublan la cabeza en tantas ocasiones .
Llegamos a la Cartuja sin novedad, Antonio y yo nos afanábamos en cuidar de Farid, en no dejarla sola, en arroparla. Christian pedaleaba con agilidad, sin resentirse de su lesión, esta era una ruta fácil , llana y rodadora en casi todo su recorrido. Había concluido un plan , lleno de lógica ya que, como pude ver, José Luis llegó al mismo pensamiento en sólo un momento. Las obras de la carretera que hace meses nos amargaron esta ruta, estaban todavía activas y ya que había estado lloviendo la noche anterior , cabía la posibilidad, casi la certeza, de que aquella zona estaría intransitable por motivo de toda la maquinaria pesada que transitaba el lugar. Por consiguiente la lógica mandaba y nos llevaba a desandar un pequeño trecho , por el mismo lugar que habríamos venido , salvando así la zona de barro y desde allí volver a buscar el canal , que era por donde la ruta volvía.
Sobrepasamos el mirador al que muchos llaman el nido del Águila, en el Soto que ya se encuentra en las cercanías del Burgo de Ebro. Dejamos el pueblo a nuestra derecha, los caminos se mostraban buenos, algún charco ocasional pero nada importante. Mis compañeros sorteaban ágilmente cada uno de ellos, incluso avisando al resto. La hora era buena, estábamos rodando con cierta rapidez y marchábamos por delante de las previsiones. Miel sobre hojuelas, siendo esto así tendríamos más tiempo para disfrutar de nuestro destino.
Recibimos un mensaje en el whatsapp del grupo, la mujer de Javier nos preguntaba si este se encontraba con nosotros, que se había dejado el móvil en casa. Bromeamos con la posibilidad de decirle que no , o incluso que no lo conocíamos, anduvimos riendo un buen trecho a costa de esto , pero no, somos gente civilizada en la mayoría de las ocasiones e Iban respondió a sus requerimientos. Avisamos a Javier del asunto y nos pidió que si luego podría hacer una llamada.
Ahora era José Luis quien escoltaba a Farid, dándole unos buenos consejos sobre la bicicleta y ayudándola en algún momento que la pista lo exigía. Así se desarrolla este pintoresco grupo , este atillo de pequeños locos que sueñan con un mundo mejor, un lugar en el que lo que privan no son los tiempos, si no el compañerismo, el arropar uno al otro, en colaborar. Vi en lontananza el cielo deshilachado, se fundía en un tono oscuro, descendente, como si las nubes se desdibujaran hacia el suelo. Yo sabía que eso significaba lluvia, pero estaba todavía muy lejos, nada por lo que preocuparse. Dejamos la urbanización Virgen de la Columna a nuestra derecha y ya faltaba poco para alcanzar el poligono el Espartal I cuando el terreno se fastidió un poco. Yo podía observar a Antonio, cómo sus ruedas, más estrechas que las de una bicicleta todo terreno normal, iban creando un surco en el suelo que se hallaba un poco más blando. Al momento vi a Gonzalo parar, entre juramentos, tratando de limpiar su bicicleta. Este advertía que se volvía , que no podía seguir así, yo creo firmemente que se equivocó en su elección de montura para este día, seguro que si hubiera llevado una rueda mas ancha no se habría visto en estas lides. Un grupo de compañeros andaba convenciéndolo de que no volviera, me preguntó si faltaba mucho para llegar. Le dije que el polígono estaba a un tiro de piedra y que , detrás de este, comenzaba tras un desvío a la derecha y atravesar Fuentes de Ebro , el ascenso a Rodén , nuestro destino. Esto pareció convencerle en parte, ya que el y Antonio no lo estaban pasando bien. Me consultaron sobre la posibilidad de acudir a Fuentes por el tramo de carretera que faltaba y , viendo sus circunstancias, acordamos que era lo mejor. Luisete partió con ellos, al punto en el que habíamos acordado encontrarnos. Los demás seguimos marcha por estos caminos de tierra, viendo que las nubes , que esos jirones se veían cada vez más cerca y, justo en el polígono , la lluvia nos alcanzó.
Fue sorpresiva, lo que en un instante eran cuatro gotas que obligaron al pelotón a parar y vestirse con sus prendas impermeables se transformó en un instante en un auténtico chaparrón. Ninguno nos esperábamos algo así. José Luis me decía lo mismo, que había consultado Aemet y que no decían esto. Bueno , reinó la razón, como no puede ser de otra forma y decidimos dar la vuelta, suspender nuestra visita a Rodén y regresar buscando refugio. Avisamos a nuestros compañeros que habían salido hacia Fuentes que regresaran , que abortábamos misión, que nos veríamos en la Virgen de la Columna. Fuimos a tomar los mismos caminos pero debido al aguacero estos aparecían intransitables así que pensando que era la mejor opción elegimos tomar un trecho de carretera, andar bien dispuestos de luces y cuidadosos del tráfico y llegar al punto de reunión.
Aquí , es la verdad, que reinó un poco el caos, que perdimos un tiempo precioso y que nuestros amigos que andaban esperando en la urbanización acusaron enormemente. Yo creía que estaría bien por que allí esta el bar restaurante Los Blascos 2, que entrarían a tomar un café y templar sus cuerpos, pero no quiero adelantar acontecimientos.
Mientras nosotros nos afanábamos en buscar una salida que no se hallaba, dando vueltas por el polígono en una y otra dirección , consultando los mapas de nuestros teléfonos con poco o ningun resultado mientras una lluvia cruel caía sobre nuestros cuerpos. Por fin conseguimos pasar al otro lado de la carretera, seguimos por caminos asfaltados tratando de buscar la ansiada salida y , cuando por fin lo hallamos resulta que se encontraba la Guardia Civil, haciendo como siempre su magnífica labor , que había parado a un hombre que circulaba en un Quad. Nosotros por aquello de la prudencia y de evitar, decidimos seguir buscando otro punto de acceso. Tuvimos suerte en muchos aspectos ya que si que estábamos desandando camino, dirección a la Virgen y sin tocar tierra.
Topamos con el punto de acceso a escasos cien metros del lugar de reunión , allí estaban Antonio y Gonzalo, esperando helados, Luisete ya se había marchado . Los vi ateridos, casi tiritando , salvando la tormenta bajo la marquesina de la parada del autobús. Les pregunté por qué no habían entrado a tomar un café y Antonio me hizo ver algo muy obvio y que no había visto. El lugar estaba cerrado.
No puedo más que hablar palabras buenas, ensalzar a mis compañeros , a Antonio y Gonzalo que , pese a como venían dadas , eligieron esperar al grupo, aún sufriendo el frio y la humedad, me descubro ante vosotros.
El grupo siguió marcha, ya faltaba poco y a la pobre Farid se le estaba haciendo un poco penoso. No venía equipada para la lluvia y podía ver cómo sus ropas se empapaban cada vez más. Nos acercábamos a cada pedalada a nuestro destino, siempre para adelante, más y más cerca cada vez . Ibán hizo un comentario, descuidado ,pero acertado “esta ruta está maldita” repuso. Anduve pensando que tenía razón , que no era la primera vez que este recorrido nos enseñaba los dientes pero consciente de que llegaría el día que lo superaríamos sin más.
Alcanzamos nuestro ansiado destino, el bar del canal. Su carpa se ofrecía como un refugio maravilloso a nuestros maltrechos cuerpos. Algunos de nuestros amigos eligieron seguir camino, llegar a casa lo antes posible para quitarse las mojadas ropas y encontrar el calor y el amor de sus hogares. El resto nos quedamos en el bar, anduvimos debatiendo si un café nos haría entrar en calor , pero nos pudo la inconsciencia y acabamos pidiendo unas buenas cervezas y unas raciones de papas bravas y , entre risas y chanzas , cerramos nuestra jornada.
Yo se que nos tocó sufrir, que el día no fue el mejor, que hizo frio, que nos mojamos y cogimos algo de barro, que las cosas a veces no salen pero....
Que quieres que te diga, en el fondo me lo pasé bien. Disfruté de un día distinto, aventurero, lleno de cosas que no nos pasan normalmente, de amistad y de saber estar. Que hay que exprimir cada segundo de esta vida que nos ha sido dada,. Que no es el lugar , ni siquiera la ruta, que es la actitud con la que enfrentas las cosas lo que hace que todo tenga sentido, que se pueda disfrutar.
Que la vida es esto y poco más.
Gracias por tu tiempo.
V.