Ruta 17/09/2022 Ermita de San Cristóbal/ Cuesta del Fraile.
El precio.
“Donde el diablo no puede meter la mano , mete la punta del rabo” . Refranero popular.
Siempre hay que pagar un precio, todo Yin tiene su Yan , toda luz su parte de oscuridad. Somos muchas personas en nuestras quedadas, está muy bien, somos populares y esto responde a un gran trabajo realizado. La mayor parte de forma anónima, desinteresada, pero un gran trabajo al fin y al cabo , un tiempo, una dedicación que termina dando sus frutos.
En mi mano yacía indolente la lista que había confeccionado sólo un momento antes. Asomaban muchos nombres, tantos que incluso ahora hay algunos que no llego a recordar. Mi memoria se vuelve débil en ciertas ocasiones, empeñada en fijarse en otros asuntos y pasando por alto , las más de las veces, los más obvios. Veinticinco fue el número de los convocados. Como digo todo tiene su que , y en esta ocasión no fue menos. El diablo hoy se empeñó en cobrarse su diezmo, en hacerse presente , en intentar fastidiarnos el día, en hacer que las cosas salieran al revés, pero no pudo. Cuando tantas buenas voluntades se juntan, cuando hay tantas ganas por que todo salga bien es difícil , por más que meta la punta del rabo.
Tres pinchazos y una pequeña avería fueron parte del sacrificio que exigía cobrar, pero aún por esas no logró borrar una sola sonrisa de las caras.
Arrancamos tras unas previas instrucciones. Esto se muestra necesario cuando tanta gente nueva está viniendo a nuestras convocatorias. Muchos no conocen la ruta y , con cierto no se si miedo o pudor, te preguntan si podrán hacerla, si no será demasiado . Nunca ha sido ese el problema ya que aquí , si no es de una manera es de otra, siempre acabamos las rutas y lo mejor de todo, todos juntos. Solicité ayuda a José Luis e Ibán, éramos bastantes y no deseaba que la cosa se fuese de las manos. Ambos aceptaron mi propuesta y se mostraron prestos a lo que pudiera hacer falta. Desde aquí agradeceros vuestro esfuerzo.
La mañana comenzó fresca , el ligero viento traía oculta un alma fría mientras un cielo limpio reinaba sobre nuestras cabezas. Recuperamos a Manu que hoy venía a dar pedales con nosotros, Luisete, que parece ser que ya se ha decidido a salir con regularidad. Emilio dijo que saliéramos sin el que ya nos alcanzaría, pero no, estaba en primera fila en la linea de salida, venía acompañado de un amigo suyo, bombero de esta ciudad que , si no recuerdo mal , dijo llamarse Santiago . Por contra Christian , que dijo que venía, acabó llegando tarde y dándonos alcance. Quintín , otro adicto al Ritmo y que hoy teníamos el placer de volver a ver. Damián , otro ciclista de los potentes . Gonzalo hoy estrenaba bicicleta, una cosa un poco extraña a caballo entre una BTT y una gravel. Oscar , que aunque últimamente no se prodiga en nuestras filas siempre es bien recibido. Álvaro y Ruth, ganando su puesto día a día, pedalada a pedalada. Juan Carlos ya en su tercera salida. Humberto, grande donde los haya, Carlos F, un hombre siempre positivo. Antonio, otro de los grandes parte fundamental del grupo .Javier E, un placer compartir tiempo con el. Manuel P después de unas merecidas vacaciones, Lieneska, nuestra brujilla de la suerte. Dos Pedros, a cual mejor, a cual más grande. Raúl volvía también después del verano. Jorge, que todavía se muestra prudente y al que sólo es cuestión de tiempo que se suelte como uno más. José H afanándose en conseguir cada día unas mejores secuencias de vídeo y , cerrando filas, este su seguro servidor. Estoy convencido de que me dejo algún nombre, pero confío que sabréis perdonarme, mi rala memoria da para poco más.
La ribera del Gállego se mostraba poco concurrida, el aire traía frescos aromas a campo y a naturaleza y nosotros rodábamos con prontitud y orden, buscando nuestro destino. Fuimos tomando un camino y otro, girando en una u otra dirección según los GPS nos iban indicando y asumiendo que el terreno en esta dirección se mostraba como una subida, si bien todavía no era marcada si que iba cobrando fuerzas. Nos acercábamos a Peñaflor, pasaríamos por la puerta de su cementerio y allí comenzaríamos el ascenso de verdad.
La zona se mostraba con un infinito verde, agradable y acogedor. Una loma redondeada con un camino ascendente en una curiosa espiral, Nosotros no tomaríamos esa vía, más bien una recta que subía directa a la ermita. Tampoco era demasiado dura, pero aún así había que ganar cada metro. Cada uno subió según sus medios, los más fuertes con un ímprobo esfuerzo y los menos con su gran tesón . Una vez arriba la parada de rigor, algo para reponer fuerzas, unas fotos y algún comentario sobre el lugar . Encontramos la ermita de un blanco casi ibicenco, una pequeña explanada en su frente , con una mesa corrida, como esas de picnic. Una acogedora zona, discreta y recogida, un oasis en medio de la nada que maravilló a todos aquellos camaradas que no habían estado antes aquí. Tras esto retomamos nuestro camino.
Un buen trecho de bajada nos estaba esperando, pero era sólo un espejismo , lo mejor estaba por llegar. Christian nos mandó un vídeo, andaba cerca de darnos caza ya. José se retrasó un poco, con Luisete resolviendo un pequeño problema en la bici de Raúl que al final se solventó acompañando a este al pueblo más cercano. Allí un pariente suyo le ayudaría a volver a capital. Seguimos marcha, como decía, en un camino al que le costó muy poco enseñarnos los dientes otra vez.
Nos encontramos un suelo roto, lleno de grava suelta, incluso de piedras de cierto tamaño , capaces de dar al traste con la mejor de las ambiciones. Un camino empinado, casi cruel, ralentizando nuestra marcha y haciéndonos sudar un rato. Discurría este retorcido , aislado del mundo. Una zona casi inexplorada rodeada de vegetación, algo así como si se hubiera acabado el mundo y nadie te hubiera avisado, pero eso muy al contrario, le proporcionaba una belleza salvaje y atrayente, como las sirenas de Ulises no podías escapar de él . El sol no castigaba, era una bola estéril en lo alto del firmamento sin mas pretensión que iluminar la mañana y el trino ocasional de algún pajarillo de otoño acababa de dar marco a nuestra marcha.
Nos reagrupamos de forma ejemplar , esperando a José , le costó muy poco llegar , darnos novedades de lo acontecido y , de esta forma , seguimos pedaleando, buscando nuestro destino. En un momento dado la pista dejó de mostrarse cuesta arriba para regalarnos la bajada. Yo ya sabía que esta sería la tónica hasta destino, una generosa cuesta abajo que nos habíamos ganado sobradamente. Llegamos de nuevo a las inmediaciones del río Gállego y las inmediaciones de Santa Isabel , tras unas curiosas sendas , a las cercanías de la avenida Cataluña. Unos cuantos compañeros se despidieron en este lugar, marcharon para su casa, satisfechos y contentos por haber cumplido con otro día magnífico de bicicletas junto al Ritmo. Los demás llevábamos sensaciones contradictorias. Aún sabiendo que el diablo había intentado cobrarse su impuesto, poniendo trabas a nuestra marcha, intentando arruinar nuestra ruta, marchábamos contentos. Tanto es así que ni dudamos en llevar nuestra alegría al bar Yasmín, donde con unas buenas cervezas y unas pocas papas bravas , mantuvimos una agradable charla, dando por finalizada la ruta, reorganizándonos cada uno con cada cual para elegir el mejor camino de vuelta a casa y emplazándonos, cómo no, para otra maravillosa jornada en bicicleta.
Así pagamos nuestro precio , esta fue la manera en la que el diablo metió el rabo y de la misma que no consiguió nada más de nosotros, Por que nada es imposible cuando las ganas son muchas.
Gracias por tu tiempo.
V.