Ruta 30 Abril 2022 Alto Campillo / Atalaya forestales.
Fénix.
“Y fue cuando estaba cayendo que abrí mis alas y aprendí a volar.” Richard Bach
No era una propuesta difícil, al menos para todo aquel que ya está acostumbrado a rodar, que cincuenta kilómetros en bicicleta son algo habitual, pero hay que pensar últimamente mucho las rutas por que tenemos compañeros recién incorporados. Amigos a los que , a sus ojos, parecemos grandes profesionales, a los que esto de salir en bici se les hace un mundo nuevo por descubrir, siendo cada ruta una aventura, un nuevo destino desconocido. Si que es verdad que este track podía picar un poquillo en algún tramo, pero vamos, nada importante, nada que no se pudiera superar.
La jornada , en principio, pintaba bien, uno de esos días perfectos de bicicleta , sin apenas viento, sin sol abrasador, con temperaturas moderadas, de esas que da igual que vayas de corto o de largo que de las dos formas vas bien. Todo a favor. Apuntados estábamos un total de doce ciclistas, dispuestos a enfrentar otro día más juntos pero ya sabes cómo es esto. En el lugar de quedada dieciocho almas. Un número más que considerable, que nos hace , como podrás imaginar, resurgir de nuestras cenizas , como si de un ave Fénix se tratara. Algo que nos lleva a rodar por los caminos brillando de nuevo.
Partimos desde el Azud del Ebro, la marcha al principio se mostraba ligera. Una hilera de ciclistas interminable, que casi causaba pavor, rodaba por la ribera del Gállego, sorprendiendo a propios y extraños, a todo aquel que fijara su vista en ellos.
Javier E, Javier T y Francisco rodaban en la parte delantera, mostrando su poder y guiando al resto por el camino correcto. Seguidos muy de cerca por Ana Belén, Tomás y Tony y dos nuevos compañeros pero que son tigres claramente, Ángel y Manuel. Miguel, Antonio y Lieneska seguían sus pasos como las fieras siguen un rastro, José H jugando libremente arriba y abajo del pelotón mientras se afanaba en tomar fotos y videos. Ibán marchó junto a mi y a Humberto la mayoría del tiempo , también junto a Crys , que tristemente tuvo un tirón muscular en esta ruta y cerrando filas una que cada día le pone más ganas y más coraje, Mónica. Bien es cierto que me dejo el nombre de uno de los participantes, si has tenido a bien hacerlo, al contar nombres te habrán salido diecisiete, pero es que mi pobre cabeza no da para más , así pues desde estas líneas mis mas encarecidas disculpas.
La mañana se mostraba tremendamente favorable. Al menos hasta el momento que la subida comenzó. Pasamos cerca de Peñaflor y del Barrio de la Salitrera. El paisaje cambió visiblemente, mientras que a nuestra derecha se mostraba como un ligero desierto, parecido con enormidad al de los Monegros, a nuestra izquierda se ofrecían un buen número de árboles. Yo sabía que dejábamos en aquella zona la ermita de San Cristóbal, a la que en otra ocasión pasaremos a visitar.
El ascenso se mostraba llevadero, fácil incluso, si bien el alto del Campillo es todo un hito, hay que recordar que lo es por una de sus subidas, la que habíamos elegido hoy no era aquella, es más , con probabilidad incluso la más suave. Enfrentábamos aquellas cuestas pues con optimismo, con ganas, pedaleando a nuestro ritmo para llegar arriba con garantías. Yo me desenvolvía en la parte de atrás del pelotón ,Como digo acompañado de Ibán, de Mónica , Humberto y José H. Cuando tocamos cima la mayoría de compañeros ya lo habían hecho, pero nadie protestó, más bien al contrario y ya , después de las fotos, de disfrutar de aquellas maravillosas vistas y de reponer fuerzas, hechos uno de nuevo, continuamos nuestro camino.
El siguiente objetivo era la atalaya que se encuentra en las proximidades. Es un lugar muy popular por que es fácil divisarlo desde lejos y tenerlo como referencia , esperaba por lo tanto que hubiera alguien allí arriba , como en efecto fue.
Encontramos forestales, policías e incluso un buen número de ciclistas. Todos allí, disfrutando del entorno, disfrutando de aquellas panorámicas. Los más nuevos se sorprendían del lugar. Como cité anteriormente, estas quedadas representan para ellos un mundo nuevo por descubrir , y yo que me alegro que así sea, incluso recuerdo cuando todo esto era un mundo nuevo para mi. La verdad es que estoy muy contento, mucho. Por cómo se están desarrollando los acontecimientos, por cómo somos un buen montón de nuevos amigos, por lo bien que se desarrollan las rutas, las quedadas, por muchos motivos en general que , por lo tanto , sólo puedo agradecer.
Pero bueno, volvamos a lo que nos interesa. Comenzamos el retorno, la cuesta abajo, kilométrica, se nos ofrecía como un merecido premio a todo el esfuerzo realizado. Para que lo disfrutáramos sin complejos. Las bicis cogían velocidades elevadas sin pedalear. El pelotón se estiró un poco como cabía esperar. Hubo incluso quien me preguntó que cuánto faltaba para iniciar el camino de regreso, a lo que le indiqué que ya estábamos de vuelta, desde hace rato.
En esta ocasión dejamos a nuestra izquierda la nombrada ermita. Humberto me recordaba cuánto le gusta este recorrido y en especial esta zona en la que nos encontrábamos. Un ligero bosque de pinos , pero que invita a quedarte ,incluso invitaría a poner una tienda de campaña y dormir a su refugio , mientras se mira a un cielo nocturno estrellado. Pero no es zona de camping, así que....
Cruzamos Peñaflor, dibujando un camino que buscaba paralelismo con la carretera. Dirección Montañana y su fábrica de papel para encontrar otra vez el río Gállego y desandar nuestros pasos , intentando acabar la ruta en el mismo punto que habíamos empezado.
De esta forma, con todo el buen ambiente posible, llegamos a capital, nos juntamos con unas buenas jarras y unas papas a la salud del cumpleaños de nuestro José H y dimos por finalizada una magnífica mañana de Sábado entre amigos.
Son todavía muchas las bajas en nuestras filas, personas a las que se les echa de menos y que estoy seguro que no tardarán en volver. Desde aquí os diré que nos acordamos mucho de vosotros y que se os espera con los brazos abiertos, ansiosos por el retorno. Que el Ritmo resurge , siempre lo hace, vuelve a brillar y es gracias a vosotros.
“Y una vez que pase la tormenta, no recordarás cómo lo lograste, cómo te las arreglaste para sobrevivir. Ni siquiera estarás seguro de si la tormenta realmente ha terminado. Pero una cosa es segura. Cuándo salgas de la tormenta, no serás la misma persona que entró. De eso se trata esta tormenta”. – Haruki Murakami
Gracias mil por tu tiempo mi querido lector.
V.