Ruta 02/04/2022 Sendas.
Somos ricos.
Se corre el riesgo cierto de caer en tópicos, pero como dice uno de nuestros compañeros , lo que no se comenta no existe. Sigo preguntándome dónde reside la verdadera riqueza y , tras algo de reflexión, creo que somos ricos.
“Deja suficiente tiempo en tu vida para hacer algo que te haga feliz, te deje satisfecho y te traiga alegría. Esto tiene más poder sobre nuestro bienestar que cualquier factor económico.”. Paul Hawken.
El viento era la nota predominante, lo había vaticinado Aemet y no se equivocó en esta ocasión. No suele hacerlo , la verdad, sus previsiones son siempre bastante acertadas, pero no perfectas y , en ocasiones yerran. La ruta había sido elegida cuidadosamente , con el propósito de que Eolo no nos diera castigo, o al menos evitarlo en medida de lo posible. En el punto de reunión , en esta ocasión , otra vez una multitud. Por lo que se ve , tanto el trabajo en redes sociales , como el boca a boca , siguen funcionando y esto hace que cada día seamos más los amigos que nos juntamos a pedalear, haciendo un total de dieciocho almas.
Cabe destacar la presencia de Javier T, por fín lo recuperamos , tras un tiempo en dique seco. Volvía ya sin sus gafas , rejuvenecido y sonriente y de la mano de Mariano, al que debo dar las gracias , ya que es él quién se encargó de gestionar su regreso. Ricardo y Lieneska volvían también a formar parte del pelotón, su tercera salida con nosotros lo que, de cierta manera, ya los hace oficiales por que se puede ver una clara intencionalidad de volver a coger la bicicleta. Oscar también hacía acto de presencia con nosotros, venía con una amplia sonrisa dibujada en su cara. Ibán , dispuesto un Sábado más a pasar una mañana estupenda y , en esta ocasión un nuevo miembro. Cesar. Se mostraba como un hombre algo robusto, tímido como cabía esperar , pero abierto y franco y con ganas de disfrutar. Sus piernas dejaban entrever cierto poder , que la ruta tendría a bien mostrar.
Andábamos esperando a Mónica y Alejandro , se habían apuntado ambos a la salida pero pasaba ya de la hora y todavía no daban señales de vida. Es más , incluso se les esperó más tiempo del que solemos hacer. Sabido es que damos siempre cinco minutos de cortesía y en esta ocasión los rebasamos ampliamente pero, tras la espera y en vistas de que no se podía alargar más , arrancamos. Sabed que se os espera, como siempre.
La ruta era amable y llana, pero eso si, con cierta dificultad técnica ya que la propuesta eran sendas, al menos en la mayoría del recorrido. No era un track difícil, pero si requería estar atento ya que el camino era estrecho. Comenzamos por el andador que se dirige a Santa Isabel, bordeando la ribera del Gállego. Seguimos por debajo del puente, buscando caminos no explorados, buscando sendas, buscando libertad. Las charlas eran animadas y los avisos de los obstáculos constante. El ritmo de marcha se producía bueno, siempre teniendo en cuenta las circunstancias del camino y el cielo, cada vez que los árboles nos permitían verlo , azul cerúleo. Todo iba bien.
Nos llegamos a la pasarela de los estrechos. Es un pequeño puente peatonal que se halla en San Juán de Mozarrifar y que a mí me cuesta siempre un esfuerzo cruzar. Que le voy a hacer, me produce cierto vértigo , debe de ser la forma de su construcción o.... no lo se, pero hay veces que incluso he sido incapaz de cruzarlo , e esta ocasión apreté los dientes , hice de tripas corazón y allá que fui, del tirón. Tomás, en el día de hoy , estaba teniendo algunos problemas para seguir la marcha del grupo. Como el reconocería incluso más adelante, piernas tiene, pero la agilidad necesaria para desenvolverse en todas estas sendas no. Sin embargo ahí lo tenías, luchando como el que más, intentando dar lo mejor para estar a la altura.
Andábamos ya en la margen contraria del río, siguiendo su curso a favor de la corriente, camino de su desembocadura donde pasa a formar parte del rio Ebro. El viento ululaba amenazante por encima de las copas de los árboles. Como una fiera, como un dragón medieval al acecho, sin perdonar un segundo. Mientras nosotros seguíamos a resguardo.
El entorno se producía de un verde magnífico. Las plantas ya llenas de flores de diversos colores, a pesar de que está siendo un inicio de primavera algo atípico. Todavía está haciendo frio. Ni rastro de esas mañanitas rondando los veinte grados. El aire venía cargado de aromas distintos y el paisaje idílico e insuperable nos desbordaba por doquiera, abarrotando nuestros sentidos, llenando nuestro cerebro de información.
La sorpresa vino enseguida al descubrir que el tramo junto a la vera del Ebro que había desaparecido por la gran riada pasada, había vuelto a ser abierto y se mostraba accesible. Esto nos proporcionó un trecho más de protección y de paisaje de ese al que no estamos tan habituados. El camino no era el de siempre, había variado, había mutado bajo el capricho de las aguas, pero por lo menos estaba abierto y , sin llegar a ser excelente, permitía el paso. Alcanzamos la pasarela del bicentenario, puente verde para los amigos. Buscando esta vez el canal imperial y pensando que volvíamos ya para casa. Ya nos temíamos que en este segmento si que el viento nos castigaría y ciertamente así fue, pero poco trozo . Enseguida nos desviamos a las sendas de Valdegurriana, bajo el amparo de sus lomas y de sus pinos. Si que el terreno se mostraba un poco más exigente en el aspecto de que hay alguna suhida e incluso alguna parte un poco más técnica, pero vamos, nada del otro mundo, nada que con un poco de atención no se pueda superar.
El grupo marchaba compacto, no había ocurrido ninguna clase de incidente en esta ocasión, ni pinchazos , ni averías, ni caídas , ni nadie que se perdiera. Si que es cierto que Oscar , Ricardo y Javier T llegaron a despistarse por un momento, pero vamos, que enseguida recuperaron la compostura y se llegaron con el resto del grupo. Así pues nos producimos en el día de la fecha, con gran alegría de compañeros que no dudaron en mostrar su gusto por esta ruta, que les pareció estupenda vamos. Hubo incluso quien se atrevió a decir que , de las últimas que habíamos hecho , esta era la mejor. Bueno, habrá días para todo, como suelo decir.
Nos llegamos al bar del canal, un grupo que casi daba miedo de verlo, nos juntamos al amor de la buena compañía , de unas cervezas y unas papas bravas a la sazón que dieron el broche perfecto a esta jornada de pedales y aventura.
Ahora me permitirás , querido lector, que haga una referencia a Facundo Cabral, a una de sus parábolas que seguro te gustará .
El mendigo y el zapatero.
Está más vivo que nunca el principio, por que la vida es circular. En la vejez volvemos a ser niños . Entonces recuerdo que era tan fácil esa vida de pájaros, de abuelas tejiendo en el patio de la casa, de abuelos jugando a las cartas en la plaza. El mundo era un paraíso de días lentos y noches tranquilas, propicias para sentarnos alrededor del fuego y escuchar a los viejos contar historias como esta.
Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo. Buscó la casa del zapatero y le dijo:
Hermano, soy muy pobre y no tengo una sola moneda encima. Estas son mis únicas sandalias y están rotas. Si me hicieras el favor....
El zapatero le dijo:
Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar.
El Señor le dijo
yo puedo darte lo que necesitas.
El zapatero desconfiado, viendo un mendigo le dijo:
¿Tu podrías darme el millón de Euros que necesito para ser feliz ?
Yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo.
¿A cambio de qué ? Preguntó el zapatero.
A cambio de tus piernas.
El zapatero preguntó:
¿Para qué voy a querer yo un millón de Euros si no voy a poder caminar?
Puedo darte.... cinco millones de Euros a cambio de tus brazos. Dijo el Señor.
¿Para que voy a querer yo esa cantidad si ni siquiera voy a poder comer solo?
Puedo darte diez millones a cambio de tus ojos.
El zapatero pensó un poco y preguntó:
¿Para que voy a querer diez millones si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos.
Entonces el Señor le dijo:
Ah, hermano, hermano...!Que fortuna tienes! Y no te das cuenta...
Somos ricos, afortunados por lo que tenemos , por nuestra gran fortuna y nos empeñamos en no verlo, en conductas sin sentido, vacuas e inanes. En dejar pasar los días , en mentiras, en desazón, en envidias. Somos ricos por lo que tenemos , pero no nos damos cuenta.
Gracias por tu tiempo, como siempre, queridísimo lector.
V.