Ruta 12/06/2021
Un par de subidas.
“La mayor parte de los hombres, falseando la verdad, quieren aparentar ser mejores”
Esquilo , filósofo griego.
Así es pues que aquí no necesitamos aparentar ser mejores. Es la verdad la que nos guiará, la que narrará nuestros pasos y nuestros logros y de esa forma llegaremos tan sólo donde la verdad nos lleve.
El día se prometía caluroso. A las ocho y media de la mañana ya tocaban unos buenos veintiún grados y esto era sólo el principio de lo que estaba por venir. Un veranillo adelantado que, si bien venía precedido de unas jornadas de tormentas terribles hasta tal punto que llegaron a hacerme dudar si habría ruta o sería necesario suspenderla. Pero no, no hizo falta, al contrario, los caminos se presentaron limpios como en pocas ocasiones y el viento amable .
Seis titanes en el punto de quedada, la fuente de la Junquera, uno de ellos un treintañero , nuevo en nuestras filas y con el tipo de un verdadero teamer , que respondiera al nombre de Juán. Según dijo , al acabar la jornada, disfrutó como en pocas ocasiones y se mostró seguro de que repetiría en nuestras filas. Si es así , aquí estaremos esperando, como no.
Arrancamos sin dilación, encaminando nuestros pasos hacia la bien conocida Vallobera. El track era un poco experimental, partiendo de la base de que me había empeñado en subir la ya mencionada y , a posteriori, la del barranco de Cabras. No había muchos recorridos que se prestaran a este servicio, costó un poco encontrar un track que cumpliera nuestros caprichos, pero no hay trabajo sin recompensa y ahí que estuvo, para regalarnos otro día de “logro conseguido” otro día memorable.
Andaba yo absorto en mis pensamientos, cavilando si el tramo conocido como “el paso de los carros” estaría en condiciones. Los días anteriores había llovido con ganas, incluso Javier L me comentó que había pasado cerca de allí para ir a trabajar y que había estado lloviendo abundantemente . El paso este es un lugar polvoriento en extremo, un polvo impalpable , denso y arcilloso que mancha siempre la bicicleta y , lo que es peor, en días de lluvia forma un barro pegajoso y profundo, difícil de atravesar. Pero no fue esta la ocasión. El terreno se hallaba compacto y liso, como una auténtica autopista que nos regaló una rodada carente de problemas. Atacamos la Vallobera larga, con todo lo que conlleva esta subida. Uno tras otro, cada uno a su ritmo, para coronar todos , con el esfuerzo particular. Los más rápidos hicieron una breve parada en la cima, esperando a los que no lo fueron tanto, pero no hay problemas, nunca los ha habido en este aspecto, es el hermanamiento que nos regala la bicicleta, es la política de BTTZaragoza, es lo que siempre se ha hecho en el Ritmo y es lo que siempre se hará, esperar al último.
Protegidos del viento durante la ascensión el calor empezaba a mostrarse impío, el sudor corría no en gotas, si no en regueros por nuestro cuerpo, por nuestra cara, por el interior de las gafas de sol, empapando nuestras ropas y tornando nuestros cuerpos brillantes , perlados por el sudor. Tras esto y un breve llaneo por las planas llegamos al mirador. Un pequeño refrigerio, unas fotos , un respiro , como no , y seguimos marcha. En esta ocasión descendiendo Salinas. El lugar se mostraba como puerto Venecia en hora punta. La cantidad de ciclistas luchando , dando lo mejor en esa cuesta , era casi preocupante. Incluso más de uno que , con el coche, subía para mostrar “los molinetes” a la familia.
Nosotros tomamos el desvío que nos llevaba a visitar el molinete solitario. Un aero generador eólico que , por alguna razón que no llego a entender, se ha quedado solo en su emplazamiento, cerca del castillo de Cuarte. Cabe decir que todo el camino se muestra bien, incluido un pequeño tramo de sendas , salvando un pequeño tramo, en llegando ya al molino, en el que la ladera de aquella loma se ha venido abajo, taponando el camino y que nos obligó a buscar una ruta alternativa. Obviando este pequeño “pero” otro hito al que conseguimos llegar sin problemas.
Desde allí iniciamos un rápido descenso. Por delante Javier E, Oscar y Juan “el nuevo” que nos esperaron donde este camino se junta con la subida del barranco de Cabras. Retomamos nuestras monturas para atacar de nuevo la subida, encontrando otra vez un calor sorprendente, agobiante. Cada pedalada llevaba a borbotones de sudor, el aire no llenaba los pulmones, boqueando como un pez fuera del agua. En estas cosas andábamos cuando coronamos este barranco. El camino nos llevó a una intersección. Decir que estoy seguro que todos conocemos, por uno de sus caminos lleva hacia el Montañes, por otro ,que tendremos que explorar algún día, creo que hacia elefantes y , por el que nos interesaba, un descenso divertidísimo pero que hay que acometer con cierta prudencia, Valdeconsejo. En la mayor parte de su recorrido se muestra amable, una bajada de esas que invitan a soltar frenos, levantar el culo del sillín, echar el cuerpo atrás y dejarte llevar. Pero esta bajada es traidora, alguna de sus curvas se produce como una serpiente agazapada, esperando a su presa, esperando a el ciclista inadvertido que, pasándose de frenada, haga “un recto” sin poder evitarlo.
Recuperamos el track por lo tanto, volvimos hacia Zaragoza . Encontramos un bar en el que reposar nuestros cuerpos y , a la solaz, disfrutar comentando las mejores jugadas, contar unos pocos chistes y reirnos de lo propio y de lo ajeno. Cabe destacar un agradecimiento, unas papas bravas y unas croquetas que entraron con aquellas buenas pintas, pagadas por José H y a la salud de la boda de su hijo. Desde aquí felicidades compañero y muchas gracias por tu detalle.
Así pues , hasta la próxima. Gracias por tu tiempo.
V.