Ruta 06/03/2021 El toro de Alfajarín.
Mantenemos viva la llama
Pues si, Pascual ha descrito muy bien lo que sería un más que honroso comienzo de una crónica, por lo tanto, teniendo el principio de la senda marcada, me dejaré llevar a ver dónde acaba este camino que vamos a recorrer juntos.
Son tiempos difíciles estos que nos está tocando vivir. Se prolongan en el tiempo, tal vez incluso demasiado, acabando con nuestra paciencia e incluso algunas veces con nuestras ganas. Es complicado por lo tanto mantener el espíritu, mantener el ánimo, las ganas, las costumbres.
También para mi lo es, dificultoso y enrevesado, intentar llenar con palabras, justificar unos hechos que en ocasiones pueden resultar hasta difíciles de entender. Mantener las distancias, seguir en la brecha, hacer grupos burbuja... se debaten en mi interior sentimientos encontrados, por un lado las grandísimas ganas que (imagino que como la mayoría de nosotros) tengo de mandar todo a la porra y llevar la misma vida que llevaba antes, con amigos, con cervezas, con cenas ocasionales y reuniones más que amenas ; por otro , el angelito bueno sobre el hombro, el prudente, el respetuoso, el que dice qué es lo que está bien y qué no, ayudando a mantener la cordura entre toda esta marabunta. Incluso de personas que se califican como amigos y que estoy seguro que así se consideran pero que, sin querer, reman en la dirección contraria. Relajando las medidas, calificando muchas de ellas como inútiles o pérdida de tiempo, obviando lo que es obvio, Dios quiera que no pase nada, que ese bicho indeseable no llegue a contagiar a nadie más. Horrible momento. De todas formas vamos a lo que importa, cómo celebramos la jornada y como, por un breve estadio de tiempo , vivimos la ilusión de que todo estaba bien.
El invierno es algo que , poco a poco , está pasando al olvido, siendo substituido por una primavera que cada día es más incipiente. De esta forma las mañanas comienzan a ser amables, las temperaturas agradables y los días un poquito más largos cada vez. Si bien a primera hora todavía hacía algo de fresco la cosa se fue arreglando hasta quedar una de esas mañanas en las que el viento trae promesas de días mejores cargado de aromas a campo y a vida.
En el lugar de reunión entre unas cosas y otras , veinticuatro almas. Grandes ausencias, de esas que dejan un huequito imposible de llenar, nuestro bien querido Luisete y uno de los grandes, de los más grandes con toda seguridad, José H. Arrancamos en grupos burbuja , como llevamos haciendo desde hace demasiado tiempo. Se a ciencia cierta que esta medida puede incomodar a más de uno, incluso que pudiera mostrarse de un sector crítico, pero estoy seguro que si se pararan a razonarlo sólo por un momento podrían ver que es lo más prudente, lo mejor que se puede hacer en esta ocasión. Como decía arrancamos, a un ritmo bueno, en dirección al toro de Alfajarín. Lugar en el que hemos estado un ciento de veces y al que volvíamos también hoy, pero sabiendo que no era lo importante. Los kilómetros se sucedían entre charlas animadas, entre planes e ilusiones por un futuro cercano , hablando de qué podríamos hacer en la siguiente ruta y a dónde ir . Yo sabía que los grupos no marchaban lejos unos de otros. Cuando nos hallábamos cerca del toro , Vicente y Pascual incluso se aventuraron a decir si veríamos al grupo de Miguelón en lo alto de la loma, junto a ese monumental toro. Pero no, todavía no llegábamos a divisarlo.
Me hallaba llaneando , además en un terreno sin dificultad, muy cercano al lugar donde arranca la subida , cuando noté como un tirón en los pedales. No recuerdo quién venía detrás de mi, pero enseguida me advirtió “la cadena... vas sin cadena...” volví la vista atrás y pude ver unos metros más allá una pequeña serpiente ennegrecida, lo que era la cadena de mi bicicleta en el suelo.
Frené y recogí aquella sierpe , teñía mis manos con un simple contacto del más negro tizón. Suerte que siempre llevo eslabón rapido y troncha cadenas, las herramientas necesarias para casos como este, sabía por tanto que sólo era cuestión de un poco de tiempo empleado en la reparación , pero que esta avería no me dejaría tirado. Incluso di gracias a los cielos por que se rompiera en aquel terreno y no en plena subida , que hubiera podido tener peores consecuencias. Fuimos alcanzados por el grupo que nos seguía a no demasiada distancia. Paco aprovechó el suceso para poder impartir unos consejos mecánicos sobre como actuar, el protocolo a seguir. Acabé con las manos negras de grasa, María Luz me ofreció un poco de gel para poder limpiarme, incluso Daniel un poco de agua de su bidón para terminar la faena, a ambos, sendos los dos, muchísimas gracias.
Alcanzamos el toro. Esta vez si, lo coroné , desde que viera a un amigo caerse en esta subida le había cogido miedo y no había vuelto a intentarlo. Paco una vez más, que es más pesado que una vaca por llavero, se esmeró en picarme y en meterse conmigo y , que quieres que te diga, lo consiguió , toco el orgullo, monté mi bici y..... coroné . Gracias Paco.
Seguimos marcha hasta Pastriz, el track marcaba la ruta, hasta la misma puerta del bar. Nos habían preparado una serie de mesas, sentados de a cuatro, con las distancias más que necesarias. A pedir de boca vamos. Tanto es así que incluso María Luz acabó decidiendo quedarse y reponer fuerzas todos juntos.
Tengo que agradecer a todos mis compañeros, es obligado hacerlo , su actitud y su forma de conducirse. Por un momento tuve miedo a que, el ímpetu y las ganas acabaran haciendo de esta reunión como cuando en las bodas andas con unas copas de más , saltando de mesa en mesa, saludando a cualquiera. Pero no, se condujeron como los adultos que son, sensatos. Me dieron toda una lección de comportamiento y de hacer bien las cosas. Almorzamos juntos, tal y como la prudencia nos permite en estos tiempos. Nos apretamos entre pecho y espalda unos buenos huevos fritos con patatas y con lo que cada uno quiso acompañar. Bueno, menos Susan , que es runner en sus horas libres de ciclista y se comió una tortilla de atún con lechuga. Se que es una blasfemia, pero lo queremos lo mismo.
Así se estaba desarrollando la mañana, hasta tal punto que a mi me daba pereza volver a subir a la bici y volver a Zaragoza. Los grupos fueron saliendo de forma ordenada, manteniendo un ligero tiempo de separación. Me descubro ante vosotros señores, sois lo mejor,
Regresamos a la ciudad, como chicos después de una excursión , contentos, satisfechos por haber emulado ese pequeño esbozo de libertad, de antes, de cuando todo estaba bien.
Gracias amigos míos, gracias por vuestra ayuda y vuestro comportamiento.
José , tendré que ir a hablar con tu jefe, esto no puede ser.
Gracias por vuestro tiempo.
V-