Ruta 20/02/2020
Las planas de Jaulín.
Ocurre a veces, ya lo sabes querido lector. Lo sabes también porque ha sucedido en más de una ocasión y así te lo he hecho saber. Lo sabes porque comparto todo contigo y de esa forma eres mi acompañante a través de estas lineas, de este pequeño relato, eres mi cómplice y en cierto aspecto hasta mi confidente. Ocurre a veces como te digo, hay días en que las palabras salen solas, nacen impulsadas por algún sentido que desconozco. Se abarrotan como en un torrente, todas al tiempo , pugnando por salir, por ganar su sitio. En otras ocasiones no. El papel se muestra como un muro blanco, callado e indiferente ,estéril de nada que pueda llenarlo. Hoy la cosa se presenta difícil, hoy va a costar, pero seguro que tu, desde tu complicidad, sabrás tener la paciencia y ayudarme para , juntos de nuevo , acabar este viaje que recién iniciamos. Gracias amigo.
La jornada se presentaba primaveral, si bien al principio un poco fresca, rondando los diez grados tan sólo, conforme avanzaban las horas las temperaturas fueron subiendo acercándose incluso a los veinte. Sobraba toda la ropa por tanto. En el lugar propuesto por José H para la quedada, la fuente de la Junquera, a las ocho y media, un total de diecinueve almas guerreras, dispuestos y con toda la voluntad para devorar los kilómetros y para hacer de este día un nuevo hito. Un nuevo acto para guardar en nuestras memorias.
Bien, esto viene a ser como aquello de Lope de Vega que decía;
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Hasta aquí voy preparando el escenario, ahora continuaré con algunos personajes y después el nudo de la historia, parece que lo vamos a conseguir. Sigamos adelante , querido lector.
Cabe destacar la presencia de Enrique, co-lider de Principiantes, magnífico grupo y grandes amigos. Armando , que en las más de las ocasiones sale con los nombrados y en alguna otra esporádica con nosotros. Manolo alias Mamolar , que debido a sus nuevos horarios de trabajo nos tiene un poco abandonados, pero al que siempre es un gusto volver a ver y, haciendo una entrada magnífica , brillando con luz propia a una persona que (en lo personal claro está) me alegro muchísimo de volver a ver, de reencontrarme con el y al que tengo un afecto especial. Acudió Oscar, se que suele salir con los China, que su nivel es superior al nuestro en todos los aspectos. Se incluso que , en cuanto se recupere de sus últimas dolencias, volverá a su ser igual que los ríos vuelven a su cauce. Insisto, me alegré mucho de volver a ver y de poder compartir una ruta con una persona de su calidad.
Arrancamos pues sin mas dilación, en un grupo que otra vez se presentaba multitudinario. Con unas dimensiones y una confluencia de participantes que, si no fuera por la gran ayuda de unos y de otros , se haría imposible de gobernar pero, cuando la voluntad es buena y las ganas también, no hay obstáculo insuperable. Dirigimos nuestros manillares a Muel, un cielo encapotado nos cubría, haciéndonos mirar con pesadumbre a lo alto y rezando entre dientes para que las previsiones más pesimistas no se hicieran realidad. Amenazaba lluvia, incluso en algún tramo el olor a humedad llegó a ser intenso. Alcanzamos Muel sin mayor inconveniente, salvo por Fernando que se llevó por delante una zarza, saliendo él el peor parado del encuentro, con algún rasguño en su pierna izquierda. En el lugar Paco tuvo a bien amenizarnos otra vez con una de sus charlas culturales, cuyo objetivo en esta ocasión eran los más nuevos del grupo. Tras una breve parada y unas pocas fotos continuamos marcha. Luisete se dió la vuelta en este punto , no anda recuperado del todo de la fascitis en su pie y no quería sobrepasar los límites. Oscar anduvo dudando si seguir o volver pero, ante la insistencia de David “el mohicano” y sumado a las ganas que el tenía , no tardó mucho en acceder e intentar acabar la ruta. Bueno, entre unas cosas y otras para allá que fuimos, siguiente objetivo el pantano de Mezalocha.
Rodaba a mi lado el mencionado Fernando, asombrado por el entorno visitado recientemente y por la ruta que estábamos haciendo. En lontananza ya se vislumbraba el pueblo y un poquito más a su izquierda esas lomas cortadas que marcan la localización del dichoso pantano. Se lo indiqué a mi interlocutor, que ya quedaba poco , un par de subidas cortas pero que te pillan por sorpresa y que así realizábamos el siguiente hito.
Tuvimos allí la siguiente parada también, breve como no puede ser de otra forma, el cielo se mostraba más despejado que hacía horas, enseñando su azul en una parte y otra. Los termómetros habían subido notablemente e incluso hubo algún compañero que empezó a quitarse ropa de sobra. El embalse lo encontramos más lleno de lo que es habitual. Yo aproveché la ocasión para fastidiarle un par de fotos a Paco y al momento seguimos, conscientes de que lo más divertido estaba todavía por llegar.
La subida a las planas de Jaulín.
Comenzamos el ascenso que, si no llega a ser terrible, bien es cierto que se acerca a algo similar. Es exigente, te obliga a darlo todo, a hacer un esfuerzo supremo y después de eso a dar un poco más. Largo y accesible en ocasiones mientras que en otras se muestra inclinado y brutal. Allí que marchábamos, cada uno según sus propios medios pero todos con su dificultad. Yo subía acompañado en esta ocasión por David, que casi resoplaba acompasado a mi propio resuello. En un momento nos alcanzó Jorge alias Jorgini, nos insufló unas palabras de ánimo y siguió su camino como el tigre que está echo. David en ocasiones andaba a mi par, en otras inmediatamente detrás, en otras incluso se quedaba haciéndome dudar si seguía subiendo y en otras más delante de mi poniéndomelo difícil para seguir su ritmo.
Aquello se me estaba haciendo duro, el aire escapaba de mis pulmones al mismo tiempo que la vida intentaba escapar de mi cuerpo. En cada curva que se presentaba el desnivel se mostraba mayor. Con preocupación levante la vista, una pared a mi izquierda, un cortado a mi derecha, una curva a izquierdas justo un poco más adelante, soledad, mi respiración y calor. Andaba protegido por aquellos inmensos cortados en los que nos hallábamos. A refugio del poquísimo aire que pudiera hacer, creando una especie de micro clima sofocante. En ese momento me sobraba toda la ropa e incluso la piel. Rodaba despacio, intentando superar cada obstáculo pedalada tras pedalada, como si esa piedra fuera la única en el mundo, como si me hubiera olvidado de todos los demás obstáculos que he superado jamás. Notaba como mis ropajes se empapaban por momentos, bajé la cremallera de mi chaqueta, pero hasta eso era insuficiente. Llegó un tiempo que ya sentía que el corazón se me salía del pecho y que mis pulmones no daban para más, el piso se mostró altamente inclinado y con mucha piedra suelta. Una cosa llevó a la otra y se frustró mi idea de coronar del tirón. Eché pie al suelo para recuperar el resuello, para que la vida volviera a mi cuerpo. David aprovechó esa flaqueza mía para adelantarme en un titánico esfuerzo pero unos pocos metros más adelante no tuvo otra que parar el también. Sentí que esa subida se dirigía a mí, dentro de mi cabeza , y con voz risueña, casi como un cascabel, me decía orgullosa “no lo has conseguido muchacho”, el coraje creció en mi interior , volví a montar y coroné hasta donde estaban mis compañeros esperando. Detrás de mi pude ver a Pascual y seguidos a este a Miguelón y José H acompañándole. Cuánta fuerza en su carácter ,cuánta voluntad férrea. Ahí lo tenías peleando, subiendo y conquistando la cima. Que quieres que te diga, para mi al menos es el campeón de la jornada. Grande Miguel y grande José H que nunca deja solo a quien lo necesita.
Así pues ganamos las planas de Jaulín. La vuelta fue ya otra cosa, volvimos un pequeño tramo por carretera, disparados como cohetes, demasiado incluso , inconscientes de que una caída a esas velocidades puede ser letal. Tomamos los caminos que ya trazamos a la ida. A un ritmo considerable, pugnando por llegar a tiempo a la merecida cerveza que en esta ocasión fue en la plaza del ayuntamiento de Cuarte. Tengo que decir que no me gusta demasiado el lugar , la razón no es otra que después te queda mucho trecho a casa. Comentamos las jugadas más interesantes y nos emplazamos para siguientes ocasiones, otro día ganado, otro reto conseguido y otra vez las gracias a todo aquel que nos a ayudado a superarlo.
Si, amigo mio, otra vez lo hemos conseguido, lo que en un principio se mostraba difícil ( el llenar estas líneas) se ha vuelto a lograr, juntos hemos marcado este punto. Juntos hemos hecho que quede así para siempre. Igual que juntos subimos esta cota, igual que juntos podremos superar lo que sea que se nos ponga al paso. Siempre que rodemos juntos, siempre que nuestro objetivo sea el mismo, lo lograremos.
Todos juntos.
Gracias.
V.