RUTA 30/11/2019
LA CUEVA ENCANTADA.
El camino es la meta también.
Las cosas en ocasiones se complican, sobre manera, parece que el mismísimo diablo anduviera haciendo planes, retorciendo hilos para que nada salga a derechas, pero cuando la buena voluntad y las ganas se juntan no hay nada imposible, nada que no se pueda superar.
Llevábamos días probado el crudo invierno en otoño, el tiempo se mostraba inclemente, o bien llovía o hacía viento o frío e incluso todo a la vez. Llamé a José H para apremiarlo, tenía varios asuntos que tratar con él y a la par le pregunté si ponía ruta o no. Como ya he dicho, en ocasiones las cosas se tuercen, que le vamos a hacer. En primer lugar me dijo que no podría venir a la ruta, vamos, no me fastidies, pensé yo. Tenía sus labores que realizar y no le daba tiempo a todo, a duras penas conseguí convencerlo para que acudiera a la quedada, aunque fuera parte de la ruta y , tengo que decir, que me salí con la mía. Pero todo no acababa ahí, además estaba teniendo problemas de conexión con su PC y no podía acceder a internet. Me pidió que subiera yo la ruta, y ahí que fui. Anduve buscando un track que cumpliera varias condiciones, la primera ir a alguna parte que no hubiéramos estado anteriormente, la segunda que tuviera cierta accesibilidad para permitir la realización a algunos compañeros que tenemos que pudieran estar un poco más justos de nivel y la tercera que fuera amena, sabiendo que acudirían un buen número de personas nuevas a nuestro grupo. Encontré la que podría reunir esos requisitos y me puse manos a la obra.
El Viernes por la tarde preparé todo el material necesario para la quedada, ropa, bici, bidones, mochila, todo el asunto vamos y por la mañana me dispuse a acudir a la cita. Cuál sería mi sorpresa cuando vi que la rueda delantera de mi bici andaba pinchada. Horror, todo apuntaba a que me tendría que quedar en casa, pero no, después de este primer inconveniente, reparé el pinchazo a la velocidad del rayo y conseguí acudir sin demasiado retraso.
En el punto de reunión, Azud del Ebro, a las ocho y media de la mañana, una plétora de ciclistas de todos los tamaños y formas. Allí nos juntamos los Team, los China-chana y el Ritmo, además de un buen puñado de nuevos acólitos. El número era sobre elevado, una auténtica horda, una marabunta , una legión . Todos una gran familia auspiciados bajo los mismos colores, el mismo emblema. Los saludos pertinentes y todo lo que ello conlleva y arrancamos.
Iniciamos recorrido paralelos al Ebro, marchando sin dificultado, unidos y en contra de lo que pudiera parecer , con un clima que se mostraba excelente. Al poco tuvimos el que sería el primer parón de unos cuantos, como digo , el demonio tuerce los hilos . Luisete andaba pinchado también, refrenamos nuestra marcha para la reparación y al momento las ruedas continuaron girando. En un tris nos plantamos en Pastriz y de allí a la Puebla de Alfindén. Tras esta localidad comenzó la subida, amable, con poco desnivel, si acaso en algún punto en concreto. Como todos sabemos el ir por caminos es lo que tiene, las subidas en carretera son , en su mayoría, uniformes, empiezan con un grado determinado de inclinación y acaban igual, gracias sean dadas a los ingenieros de caminos, no de la misma forma con las de montaña, se deben a la irregularidad del terreno, unas veces más pronunciado otras menos. De esta forma no son uniformes y , aunque se puede sacar una media , no quiere decir que esta se mantenga. No obstante insisto, la subida tenía poca inclinación. Durante el trayecto ( lo que es de justicia decir) Vicente se mostró inmenso, como la persona que es, alguien que , en cualquier ocasión , manifiesta un corazón mucho más valioso que el oro. Prodigo el en señalar caminos, cruces, en esperar al último y cuidar de todos los miembros del grupo, impagable, magnífico Vicente, no puedo más que presumir de su amistad. Allí estábamos subiendo, con nosotros un buen puñado de nuevos, léase Jorge, su primera salida, un chico de treinta y un años que hacía su primera salida con Btt Zaragoza y que se mostraba jovial y satisfecho. Dos miembros de otro grupo ciclista llamado Zaragoza Btt (nótese la similitud con nuestro nombre) José Ignacio y Tomás, ambos mostraron a todas luces también su gran veteranía en esto de las bicicletas, no hubo nada que comentarles en negativo, más bien al contrario, Acompañando en los cruces, guiando a los más débiles, haciendo fotos y compartiéndolas. Grandes ambos, confío en que tendremos más ocasiones de compartir caminos. Recuperamos a David C que últimamente anda haciendo pirola, amigo es un placer tenerte al lado otra vez. Miguelón disfrutaba a todas luces y aumentaba el cachondeo y buen rollo con sus “BOLARDO” o “RESALTO” con los que suele apercibirnos. Paco Ines andaba arriba y abajo siempre vigilante. Oscar , que lleva poco tiempo entre nosotros, pero que ahí tienes, valiente y aguerrido, como uno más. Luisete, abrigado y lidiando con sus constantes pinchazos que le incomodaron durante el viaje, no te preocupes amigo, estas cosas pasan a veces. Isma que nos contaba que ya está totalmente sanado de sus puntos en la cabeza, que al principio incluso se mareaba por el golpetazo y que , con una sonrisa siempre dibujada en su cara y la paciencia del Santo Job, anduvo pedaleando con nosotros. Javier E, siempre discreto, siempre amable y siempre dispuesto. José Luis que, por cuestiones propias, no hemos visto todo lo que quisiéramos y que volvió a insistirme sobre la necesidad de recopilar estas mis humildes crónicas. Pienso que tienes razón José Luis , y que tengo que ponerme manos a la obra antes mejor que después. Andrés, mas majo que las pesetas, nuestro chico joven y que promete ser un campeón. Miguel Rebollo, que es como el Guadiana, a veces sale con nosotros y a veces no y que siempre es un placer tener entre nuestras filas y cerrando filas este su seguro servidor. Decir de esta manera que Paco ha perdido una apuesta que hizo conmigo, ¿lo ves Paco? He nombrado a todos, chúpate esa.
Casi en la cima, a punto de coronar aquella tediosa subida José H nos detuvo. Paró nuestra marcha, realizó la foto de grupo y con todo el pesar de nuestro corazón nos dejaba huérfanos de padre ya que tenía que volverse. Coronamos al poco, alcanzamos la cima, nos llegamos hasta donde los molinetes (generadores eólicos) que enseñaban una llanura árida, desolada, con un cierto viento. Allí arriba los siseos de las aspas eran imponentes, siempre me sorprende ese sonido y el tamaño de estos ingenios. Comenzamos el descenso por un terreno regular y fácil, Paco anduvo quejándose de que habían pasado la máquina, la consabida máquina, que la última vez que el pasó por aquí el terreno era mas divertido y desigual. Discurría el camino por un paisaje hermoso, plagado de árboles y de cortados dotando al entorno de todo lo magnífica que se puede mostrar la naturaleza. Llegamos abajo a la velocidad del rayo, no sin antes otra parada de nuestro querido Luisete y que Isma aprovechó para hacer una parada de emergencia en medio del campo para aquello que ya os podéis imaginar. Aparecimos un poco más allá de Alfajarín, tan sólo nos quedaba cumplir con el objetivo de visitar la cueva encantada y poco más y volver a casa dando por finalizada la ruta. Lamentablemente alguno de los participantes empezaban a sentir apremio por la hora, de esta forma marcharon antes buscando un atajo y acabar antes su salida. Prácticamente a los pies de la subida del toro que todos conocemos, tuvimos otra ( y la que fue la última parada) en un momento se partió el grupo en dos, unos pocos subieron , valientes ellos, hasta el antiguo casino mientras los otros esperamos a la reparación prometiendo encontrarnos en la cueva y así fue.
Seguimos el track por detrás hasta donde marcaba el desvío , en aquel punto comenzaba la senda en un extraño paraje. Subía y serpenteaba a través de una estrecha garganta, salteada en uno u otro lugar por unas extrañas dianas, emplazadas para hacer lo que después me enteré sería tiro al arco. Arribamos hasta una cueva estrecha, apenas un pasadizo , pero eso si, con cierta profundidad. Observamos absortos la entrada, asomándonos ahora uno , ahora el otro a aquella oscuridad. Al momento oímos voces y vimos a Paco ascendiendo a pie por una loma cercana. Como no podía ser de otra forma, nos confundimos de gatera. Desandamos unos pocos pasos, acudimos a la que si que era y tras esto emprendimos regreso.
La hora ya acuciaba, volver era un imperativo y decidimos por lo tanto “acortar” tomando la ruta más sencilla y saliendo del track, paralelos a la carretera.
Unos pocos kilómetros más y pusimos nuestras posaderas en el bar La Barca, donde coincidimos con un buen número de los China y al que tristemente sólo acudimos unos pocos. Tras el refrigerio de rigor, una ración de papas bravas y otra de chistes, tomamos rumbo a nuestros hogares donde siempre nos esperan.
No tengo claro qué es lo que lo motiva, no sé bien el por qué. Tal vez que el tiempo ha cambiado de forma visible, los días ya no son lo que eran, se han vuelto más grises, más tristes, todo desdibujado de forma monocroma, cubierto de nubes, sin luz ni sol. Puede que sea la proximidad de la Navidad y empieza a echarse de menos a algunas personas que dejaron llagas ahí adentro. La apatía y el desánimo , en ocasiones, anida en el interior y son vecinos que resulta difícil desalojar. Con estos condicionantes las más de las veces se nos olvida algo importante, que no es la meta , es el camino. Con compañeros de camino como vosotros no hace falta nada más.
“Yo necesito ganas no querer ganar
Y si algún día perdiese mi miedo a perder
Me duele haber corrido para no llegar
Ahora sé que el camino es la meta también”
Beret, Ojalá
Muchas gracias por tu tiempo.
V.
PS. Me faltaba uno Paco, pero ya está resuelto. Gocha, el magnífico.