RUTA 22/06/2019.
Perdiguera, San Caprasio, Monte Oscuro.
José H en esta ocasión nos propuso una de esas rutas “épicas”, de las que vuelven a marcar un antes y un después, aquellas que se salen de lo normal , que no acostumbramos a hacer y que, estoy seguro, tiempo después recordaremos con una sonrisa en la cara. Había que coger el coche, no era extrictamente necesario , pero de esta forma se facilitaría mucho la ejecución del recorrido. Con toda probabilidad este fue uno de los echos que frenaron la participación de más gente en el mismo, pero como digo siempre , no importa, habrá otras ocasiones.
Tocó otra vez preparar un montón de cosas el día anterior, dejándolo todo listo, incluido el vehículo, para salir sin problemas y acudir a la quedada con prontitud. Otra vez, como decía, ese ambiente de cuando eras niño y te ibas de excursión, nervios e inquietud a partes iguales. Habíamos quedado, como rezaba en el foro, a las ocho y media en las piscinas de Perdiguera , pero por una rara sucesión de acontecimientos acabamos haciendo una pre-quedada en el Stadium de las Fuentes a las ocho menos cinco, al final salimos desde allí todos en procesión . También es cierto que en el foro nombrado habían puesto un breve post unos China-chanas, decía que nos veríamos allí, con la diferencia que ellos acudirían desde Zaragoza pedaleando. Al punto , como clavos , nos reunimos ya en el pueblo un total de ocho ciclistas. Arrancamos enseguida, poco tardó en notarse la diferencia de fuerza entre unos y otros, los Chinas tiraban mucho más por lo tanto decidieron seguir su camino ya que tendrían que volver a Zaragoza por sus propios medios. Contiuamos marcha por tanto bajo un cielo despejado de un azul ligeramente desvaído y un sol que empezaba a apuntar maneras. El terreno se presentaba muy similar al que hemos realizado cuando salimos del tiro olímpico hacia las planas, es más, el guardar en mi mente el recuerdo de haber venido en coche marcaba lo distinto, en caso contrario bien podría haber jurado que marchábamos hacia el Montañés.
La pista mostraba una subida suave pero constante, larga, de esas que no matan pero si que hieren de muerte haciéndose tediosa y eterna, arribamos al Santuario de Nuestra Señora de la Sabina y en ese lugar nos reencontramos con los China, nos hicimos unas fotos con ellos y desde allí siguieron su marcha para nunca más volver a coincidir. Proseguimos dando pedales, el calor empezaba a ser imperante, al poco empezamos a atacar la subida a la cueva de San Caprasio. Todo cambió.
Comenzamos una subida que deja pequeña a Salinas, el paisaje en algunos puntos se nos mostraba casi pirenaico, con paredes impresionantes y caminos revirados envuelto todo ello por unos árboles tremendamente frondosos. Al ser largo en ciertas partes se mostraba suave y dócil como un cachorrillo, sin embargo en otras nos enseñaba sus colmillos, atacando, hiriendo y casi matando , con inclinaciones severas y terrenos rotos y llenos de piedras, la soledad imperaba en aquella parte del mundo, algo así como si todo hubiera acabado y no existiera más ser humano sobre la tierra que nosotros y aquella cuesta terrible. Es muy frustante cuando, después de llevar subiendo ni se sabe cuánto , pude ver un cartel de madera que rezaba “cuevas de san caprasio 4,8 kms.”.¿Cómo...?¿Es esto posible...? , todo lo que llevamos subido y todavía queda eso. La lucha contra la propia mente fue legendaria, ya no sólo primaba la fuerza y el tesón suficientes para seguir hacia arriba, un nuevo guerrero se había sumado a las filas de nuestro enemigo, la frustración. Yo andaba escalando con Ismael, que gran persona, que coraje y que actitud envidiable. Subía y subía , esperándome en ciertos puntos para, juntos los dos , hacerlo a nuestra vez con el resto del equipo. José H andaba escoltando amablemente a Miguelón, mientras Luisete era en esta ocasión el que se encontraba en tierra de nadie, por delante de estos últimos y en ocasiones llegando a darnos alcance. De esta guisa conseguimos coronar. Al llegar arriba vimos una figura en conmemoración de Nuestra Señora la Virgen del Pilar con su niño correspondiente que algún desalmado tuvo a bien decapitar. Muy triste, independientemente de tu fe o de la creencia que profeses no deja de ser una expresión de arte y , como tal, merece un respeto.
En aquel lugar desmontamos de nuestras cabalgaduras para, ya a pie claro está, llegar a las ansiadas cuevas. Se hallan al final de un sendero estrecho, de vértigo, cortado por el vacío más terrible a uno de sus costados que, que quieres que te diga, a mi me achicaron el alma. En este punto tengo que agradecer la ayuda de Miguelón e Ismael ya que el escoltado fui yo, así pude arribar a las cuevas, discretas, austeras, espartanas, con unas vistas del paisaje tales que lo siguiente ya sólo puede ser ver las puertas del cielo. Cierto es que perdimos mucho tiempo en este lugar, la hora empezó a apretar y tomamos la decisión de acortar el track para volver a los coches o se nos haría muy tarde. Iniciamos un descenso trepidante por un entorno que, como ya he dicho , no estamos acostumbrados a disfrutar, alcanzando velocidades terribles de cincuenta kilómetros por hora en algunos tramos, bajamos desde aquella cota , que en algún GPS mostraba más de seiscientos metros de desnivel mientras que en otros llegaba a los ochocientos, no entiendo cómo de esa diferencia pero ahí estaban los datos.
Llegamos hasta donde habíamos aparcado nuestros coches, recordar que en el aparcamiento de las piscinas y fue en este lugar donde hicimos el reposo del guerrero. Bajo la atenta mirada de los feligreses del lugar de los que incluso pude oír algún cuchicheo a nuestra costa , nos tomamos algo fresco , nos hicimos unas fotos, comentamos las jugadas más interesantes y emprendimos regreso a nuestros hogares, cansados como siempre, pero contentos como siempre.
PS. Una buena parte de compañeros nuestros han realizado la Treparriscos de este año, no quiero dejar pasar la ocasión sin felicitarlos. Tanto por su coraje, como por su tesón así como su compañerismo. Desear desde aquí también una pronta recuperación a nuestro querido Oscar, que tuvo un percance en la nombrada carrera, ánimo y a seguir dando pedales, somos maños y tenemos fama de testarudos. Vamos a demostrar al mundo que esa fama no es en vano.
Cerraré estas lineas hoy de una forma muy sencilla, dejando en el aire una pregunta.
¿Cuál es el espíritu?
Hi dixit.
Gracias.
V.