RUTA RODEN,POBLADO IBERO, NACIMIENTO DEL RIO GINEL, ERMITA DE LA MAGDALENA.
Llevo tiempo pensando que uno de los sonidos que más me gustan es el de los tacos de mis ruedas en el camino. Ayer pude disfrutar de esto, la climatología se mostró propicia en el aspecto de que no llovió, incluso no hizo demasiado frio, pero el día fue gris, no se llegó a ver el sol en ningún momento, es más , incluso hubo una ligera nieblina en algunos tramos, propiciando este sonido que he citado, separando a todo el grupo del resto del mundo real de tal forma que sólo éramos nosotros y el suelo.
La quedada fué en el parque Zig-zag a las 8.30, unos pocos habían quedado inicialmente en el azud del Ebro, con José H a las 8.10 para desde allí acudir juntos. Yo me había apuntado a la ruta el Viernes anterior , a última hora y vi que era el séptimo en la lista del foro. Bueno, no seremos muchos, pensé. Cuál fue mi sorpresa cuando al acudir veo que somos 22 ciclistas, el grupo “China-chana” se había decidido a venir con nosotros este día. Fantástico, una auténtica fiesta de la bicicleta. Caras viejas, caras nuevas , presentaciones, esperamos el tiempo de cortesía y después de todo esto comenzamos a pedalear.
Iniciamos marcha por el canal hacia Rodén viejo. Un tramo sencillo, llano, sin viento, fuimos pasando La Cartuja, el Burgo, Fuentes... El pelotón se iba estirando y encogiendo como un fuelle, los ciclistas más preparados no tenían ningún inconveniente en esperar a los más rezagados, daban el arrancón para después aguardar por el resto. Nos alcanzó Alberto, un crack sobre ruedas, se le habían pegado las sábanas , según contó, pero no fue óbice para el, como digo, nos alcanzó. Subimos a Roden, en esta parte hubo un poco de confusión, una parte fue primero al poblado íbero, mientras que la otra giró a la derecha para coronar en el pueblo abandonado. La clara niebla deslució un poco la visita ya que no alcanzábamos a ver el paisaje en su plenitud, aquella materia gris cortaba todo el mundo alrededor como si estuviéramos en una cúpula. Nos reagrupamos, asunto dificil con tanta gente, para seguir la marcha. David, aquel que se lesionó en una pierna, y alguien más decidieron darse la vuelta, no tenía toda la confianza en sus fuerzas para acabar la ruta . Hizo bien, pues todavía quedaba la parte más dura, en el track se veían unos dientes de sierra que eran toda una promesa por cumplir. Al bajar al pueblo nuevo un hombre nos estuvo contando de primera mano cómo había sido el echo de abandonar el pueblo y cómo habia sido lo que se encontraron al volver “los rojos “decía, “se lo llevaron todo en la guerra”, amigo, todavía nos queda por aprender que en una guerra no gana nadie, nunca.
Llegamos al nacimiento del rio Ginel, caminos sin ninguna complicación entre campos, un entorno muy bonito del que disfrutar con tan grata compañía. Me faltan las palabras para agradecer a ambos grupos , tanto Cnina-chana como El Ritmo, su gran compenetración y amabilidad para con todo el mundo. Mientras tanto, como no, un pinchazo, mil manos para ayudar y problema solventado en un momento, esta gente es así,abnegados, entregados, grandes compañeros, vamos, una familia. Mientras tanto nos topamos con dos ciclistas que se unen a nosotros en la ruta, haciendo que nuestro número se completara otra vez, pero, he aquí la nota curiosa, también pertenecen a BTT Zaragoza. ¿Pero esto qué es? ¿Cómo es posible? ¿También son de los “nuestros”? . Pues si, ando preguntándome esto y cómo se puede gestionar de una forma tan eficiente un grupo que no para de crecer.
El nacimiento del rio Ginel, como decía, un pequeño remanso de agua cristalina. Pues no has visto el nacimiento del Ebro, me espetó Oscar, aquello es poco más que un charco. Allí, en las mismas escaleras de acceso nos hicimos la foto de grupo, la multitudinaria foto de grupo. Subimos por una senda increible a la ermita de la Magdalena, puesto que está allí mismo, una senda rota, con torrenteras tremendas, piedra suelta, muy inclinada que sólo un grupo de valientes se atrevió a subir en sus monturas, el resto de nosotros, pobres mortales, nos la hicimos a pie, y aún así fue dificil. Consuelo nos contó que una vez ella la bajó, sigo pensando que incluso eso es una proeza.
La ermita, que pertenece a Mediana de Aragón, cerca de “la Salada” lugar que seguro visitaremos en otra ocasión , me recordó aquellas construcciones de otros tiempos, de la época franquista, cuando todos los edificios parecían cuarteles, pero bueno, un lugar muy bonito, digno de ser visitado.
A partir de aquí la cosa se puso un poco más complicada, subidas de esas que ves de lejos y te preguntas ¿de verdad vamos a subir por ahi?, pues si, de verdad que si, una tras otra, subidas enormes que hacian mella en los menos fuertes y mostraron claramente las diferencias entre unos y otros. En un momento dado, ya que la hora se nos estaba yendo , se decidió que una parte del grupo continuaría marcha, mientras que otra parte nos quedábamos con los más rezagados, como veis una vez mas , aquí nadie se queda solo. Perfecto, así fue. Incluso a mi, José H me instó a que siguiera adelante con ellos, pero no, la verdad, me sentí fuerte, no como la ruta pasada, pero no me apeteció, me quedé con los rezagados, seguro que estaría tan bien con ellos como con cualquiera.
Con el grupo cortado en dos, seguimos marcha hacia la carretera a torrecilla. Miguelón, nuestro genial Miguelón, voz de oro, acusaba muy a las claras el esfuerzo que le estaba costando realizar aquellas subidas, sin problemas, ahí estaban todos para animarle y esperarle. Ánimo Miguel, eres un crack con una fuerza de voluntad a prueba de balas.
Al llegar al cruce con la carretera de Torrecilla se nos presentó otro dilema, todavía quedaba una parte muy divertida, cruzando las faldas de las Planas, subiendo la Cuesta del Royo, o bien regresábamos por la carretera a la Cartuja y desde allí por el Canal a casa, José H , lider del grupo y persona amable donde las haya, nos hizo la pregunta y nos dió a elegir. Optamos por la segunda opción, era muy tarde y las fuerzas escaseaban, asi que “carretera y manta”. En una estricta fila india y dando relevos bajamos hasta el polígono Empresarium, donde , a través de un pequeño atajo, accedimos al Canal, ahorrándonos un buen puñado de kilómetros. Desde allí una pequeña parada en el mirador de Valdegurriana, a reponer agua y hasta el parque del Zig-zag, donde nos despedimos hasta la siguiente ocasión.
Se que puedo hacerme reiterativo, pero , una vez mas , agradecer a todos, China-chana y El ritmo lo marca el último, vuestra amabilidad y vuestra entrega. BTT Zaragoza no sería lo mismo sin todos y cada uno de vosotros. No hay mas que ver las caras en la foto, todos sonrien. Gracias .
V.