por matu » Dom Feb 07, 2016 7:59 pm
Vamos con la crónica de la prueba de hoy
Con el tiempo justo para recoger el dorsal y preparar las bicis llegamos a Velilla y nos reunimos todos antes de la salida. Si la preocupación de toda la semana era el estado del suelo por culpa de la lluvia que se anunciaba para la noche del sábado, enseguida nos dijeron que habían caído cuatro gotas y que estaba el suelo perfecto.
Sin embargo, nada más bajar del coche, otra amenaza peor, el viento, exagerado, contínuo, promete destrozar la ruta.
Empezamos a rodar puntuales a las 9 de la mañana y el grupo se estira rápidamente, Mario se lanza y Milton parece querer seguirle, por atrás nos agrupamos Goyo, Miguel Angel y yo mismo. El recorrido lo han cambiado con respecto a otros años y los primeros kilómetros rodamos pegados a la montaña, por lo que el viento no es un problema, tras una pequeña tachuela, en el km 5 empieza la primera subida, la cuesta de la Magdalena, por asfalto con gravilla, empinada, con rampas de más del 14%, Goyo y yo lo tomamos con calma, recogiendo varios cadáveres, el viento no molesta mucho hasta casi el final. Una vez en el plano, el viento pega como si no hubiera un mañana, nos juntamos con Milton y Miguel Angel y llegamos al avituallamiento donde se dividen corta y larga.
Aquí Milton abre un debate sobre si nos vamos a la corta, que el viento es irresistible, lo convencemos para seguir y tiramos, pensando que en la bajada se nos pasaría la rabia. Llegamos a la primera trialera y vemos que el viento dificultará la bajada, el monte no nos protege y el aire nos saca de la trazada, yo beso el suelo aunque sin consecuencias.
Una vez abajo, el viento nos empuja a favor y en contra continuamente, el rodar se hace muy duro y al pasar por el pueblo valoramos: No estamos disfrutando nada, las bajadas no se pueden disfrutar como quisiéramos, así que optamos por tirar a por la ducha caliente y el bocata.
Esta prueba la tenemos gafada, el año pasado el barro que formó la nieve nos arruinó la ruta y a alguno le averió la bici, este año el viento.
Una lástima porque el recorrido es divertido y completo, ya veremos si no organizamos un día para hacerla por nuestra cuenta.
David, Toño y Mario sí acabaron.
Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta