por Francisco » Mié Jun 25, 2014 1:25 pm
No suelo hacer crónicas, porque me enrollo demasiado, pero después de ver las antecedentes....
Después de meses de entrenamiento y de nervios, cada día estaba más arrepentido de haberme metido en semejante jardín.
Llega el día y tenía auténtico miedo, pero en cuanto subí al coche con José Luis y Antonio comencé a relajarme y a disfrutar de la QH. Ya no había vuelta atrás.
Después de una vuelta por la feria y saludar a los compañeros, cenamos la típica cena de pasta a tope, preparamos las bicis y a dormir.
Llega el gran día, vamos a Sabiñánigo en coche, error. Pasadas las 7:00 todavía estábamos atascados en la carretera. Dejamos el coche en un carretera en obras y llegamos en bici hasta el final del pelotón. No pudimos coincidir con el resto de BttZaragoza. Salimos 25 minutos después del inicio de la prueba y gracias a eso, apenas tuvimos atascos en los primeros kilómetros que hicimos juntos José Luis, Antonio y yo.
Íbamos bastante rápido, pero en los primeros repechos vimos que no era buena idea seguir el ritmo de JL, quedaban muchos kilómetros y el objetivo era acabar, así que soltamos a JL y Antonio y yo seguimos a nuestro ritmo hasta Somport. Adelantamos a Chisquete y a Matías que como nosotros, iban a su ritmo, guardando fuerzas y coronamos Somport en dos horas.
En el descenso del Somport perdí a Antonio y alcancé a Fernando. Seguimos juntos hasta el Marie Blanque y comenzamos el ascenso. Como Fernando ya lo conocía, me venía muy bien tener su referencia para ir regulando y a pesar del calor y del %, coronamos el puerto sin llegar a clavarnos, que era mi principal temor. A las 4 horas de carrera habíamos coronado el MB. En ese momento sentí que tenía media carrera hecha y que el reto comenzaba a ser alcanzable.
Bajamos muy rápido, disfrutando del entorno, adelantando a mucha gente y casi sin darnos cuenta comenzaba el Portalet. 29 kmts. de ascensión. Es un puerto bonito que exige más preparación mental que física. Yo me planteé parar en dos avituallamientos y dividir el puerto en tres para hacerlo más asequible. Seguimos regulando y subiendo juntos prácticamente todo el puerto hasta el último avituallamiento donde perdí a Fernando. Vi que seguía entero y se acercaba el final. Parecía increíble pero el Portalet también tiene un final.
Cuando coroné el Portalet sentí el momento más emocionante de la carrera. Sabía que si llegaba allí lo había conseguido. Se me puso un nudo en la garganta que apenas me dejaba respirar. Los gritos de ánimo del público y las horas de esfuerzo hacen que te emociones y vivas sensaciones que difícilmente puedes encontrar en otra situación. Sólo por esos momentos merece la pena el reto.
El descenso del Portalet fue espectacular y casi con ganas comencé el puerto de Hoz. Duro pero muy bonito. Gracias a haber hecho toda la carrera guardando fuerzas, ascendí adelantando gente lo que aún me motivaba más y sentí lo que era disfrutar de un puerto, pequeño, pero puerto.
Descenso muy rápido hasta la carretera nacional y a buscar un pelotón para llegar rápido a Sabiñánigo. Después de 180 kmts. la gente seguía perreando y nadie quería tirar. Me encontraba fuerte y la carrera estaba hecha, así que comencé a tirar y junto con otro que sí dio relevos, formamos un pelotón de unos 40 ciclistas que luego se quedó en 20 y llegamos hasta el desvío de Cartirana. Es cierto que cuando llevas 200 kmts de carrera no apetece un repecho de 1 kmt, pero no fue para tanto. El problema estaba en el estado del asfalto y alguna curva complicada, que junto con la falta de fuerzas hacían una combinación peligrosa para un final de carrera.
Y llegamos a meta. Contento, satisfecho, pero mi momento de emoción fue en el Portalet. Ahora sólo pensaba en buscar a mis compañeros, saber que estábamos todos bien y tomar muuuchas cervezas. Y así, fue. Todos conseguimos nuestro reto y sin un percance. Sólo nos quedaba dar gracias y celebrarlo.
8:50 minutos de carrera. El tiempo es lo de menos, pero conseguir bajar de 9:05 suponía medalla de plata. Ni yo me lo creo. Acabar esta prueba es un éxito y no sólo de los que participamos en ella sino de todos los miembros de BttZaragoza, con los que sin darnos cuenta vamos aprendiendo a ir en bici y a afrontar nuevos retos.
¡A por el siguiente!
Dios nos libre del día de las alabanzas.