Cuando me apunté a esta prueba, dado que era cerca de casa y barata para lo que se acostumbra últimamente, me dije a mí mismo que si el tiempo no acompañaba, no era mucha la pérdida, pero ya se sabe el carácter cabezón de los aragoneses, y que total por cuatro gotas no creo que haya mucho barro.
Como el día anterior se ha celebrado la Orbea monegros (prueba que a mí no me gusta mucho)sólo estábamos Roberto (Carioco) y yo como representantes de Btt Zaragoza (y uno del nosoloruedas bike team que no conocía).
Poco se puede comentar del recorrido, me pareció espectacular, muy variado, con pistas anchas, subidas con ramas, piedras, sendas muy divertidas sin ninguna dificultad.
Eso si no hubiera sido porque Meteo se empeñó en que no disfrutáramos para nada, barro hasta las oreja. No se podía ni caminar, de hecho se me quedó la zapatilla un par de veces en el suelo. Tras los juramentos de rigor, tiramos del carácter somarda propio de la tierra y los que vamos en grupo hasta echamos unas risas con guerra de bolazos de barro incluída, no vemos cómo vamos a salir de ahí pero no reblamos y p'alante. Cada 20 metros hay que parar a quitar el barro de la bici, hay uno que se la intenta echar al hombro y si no lo sujetamos se cae de espaldas (más risas).
En fin que cuando por fin se puede rodar, con mucha precaución y sin tocar el cambio, bloqueando la suspensión, nos dedicamos a coger todos los charcos posibles para tratar de limpiar un poco, no veo con las gafas y sin éllas me da todo el barro en los ojos (hoy aún me salen bolas).
Lo mejor es que los bomberos se apiadan de nosotros y preparan 4 mangueras con buena presión y la bici llega limpia a casa, la ropa ya es otro cantar.
Bueno, que en cuanto se seque el terreno vuelvo por esos lares para disfrutar de la ruta como tenía pensado.
Y, por supuesto no vuelvo a coger la btt hasta que no haga un sol de justicia durante una semana